Barkawi: La solución a la crisis es el autogobierno palestino
de Roberto Paglialonga
"Todas las crisis son oportunidades y debemos esperar que el resultado sea el relanzamiento de un proceso de paz que conduzca al autogobierno palestino". Así se expresaba, en una conversación con "L'Osservatore Romano", Tarak Barkawi, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore.
En este contexto, es necesario revisitar la historia para no correr el riesgo de atarse a los sentimientos del momento. "Las causas profundas del conflicto se encuentran en el antisemitismo y el Holocausto. Sin el Holocausto, no existiría el Israel que conocemos. Los europeos "transfirieron" de algún modo el "problema judío" a Oriente Próximo y a los pueblos que allí residían, por lo que creo que históricamente tienen una responsabilidad nada desdeñable en los acontecimientos que se desencadenaron".
Dramático, hoy, es no poder prever las consecuencias geopolíticas de cualquier ampliación del conflicto. "Como en cualquier guerra, es evidente que no se pueden prever. Sin embargo, hay que decir que, mientras tanto, Hamás ya ha conseguido algunos éxitos, desde su punto de vista: retrasar el proceso de normalización entre Arabia Saudí e Israel; crear tensiones con respecto a los llamados "Acuerdos de Abraham"; volver a incluir la cuestión palestina en la agenda internacional. También ha causado bastantes problemas al Gobierno de Netanyahu y a sus políticas sobre los asentamientos en Palestina".
A nivel interno, una encuesta promovida por Arab Barometer en Palestina y Gaza (concluida, sin embargo, el 8 de octubre), y relanzada por "Foreign Affairs", destaca cómo en Gaza el 44% de la población no confiaría en Hamás y sólo el 23% votaría a su líder Ismail Haniyeh en caso de elecciones. "Hamás -continúa Barkawi- es una facción islamista militante que también se ha visto reforzada por el largo bloqueo de Israel sobre Gaza, y no una organización de 'resistencia' ampliamente popular. El ataque del 7 de octubre provocó un desastre humanitario. Lamentablemente, esta dinámica da poder a los extremistas de ambas partes y conduce al odio recíproco".
Por otro lado, también están los "rebotes" de la crisis para los numerosos actores implicados. En Estados Unidos, "en la medida en que el conflicto provoque dolores de cabeza internos a Joe Biden, dividiendo el ala progresista del Partido Demócrata de la más moderada, la campaña de Donald Trump para 2024 podría verse beneficiada. Por lo demás, ya se percibe el endurecimiento de una alianza antioccidental entre Rusia, China, Irán y el Sur Global.
Por último, en el plano político, se observa en Occidente "la emergencia de un bloque islamista radical, debido en parte a la inmigración a gran escala de las últimas décadas, que da lugar a una nueva realidad electoral capaz de alimentar la reacción populista". En relación con esto, Barkawi concluye que "la guerra está provocando escisiones en los campos políticos de izquierda al debilitar la oposición a la extrema derecha. Los jóvenes izquierdistas se están enterando por primera vez de los horrores del conflicto palestino-israelí y, en su confusión, muchos están apoyando activamente a una organización islamista militante como Hamás. Pero quienes dirigen su ira contra Israel y sus partidarios también están provocando tensiones en las coaliciones progresistas que constituyen el contrapeso a la extrema derecha".
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