De Colombia a Europa con el compromiso de la paz
Luana Foti – Ciudad del Vaticano
Cuando Cesar fue traído al mundo su país estaba doblegado por el conflicto armado. Causas distintas entre las cuales dominan los abusos en la desigual distribución de la propiedad de la tierra y el acceso limitado a la participación política provocaron el surgimiento entre los campesinos y los universitarios de fuerzas de disidencia.
La Comisión de la Verdad habla de más de 400.000 personas muertas a causa del conflicto, aunque esa cifra podría llegar a más de 800.000, y decenas de miles de personas desaparecidas. A pesar de la firma de un acuerdo de paz con el estado en 2016, la lucha sigue activa en paralelo a las negociaciones para llegar al final definitivo de los enfrentamientos.
El joven Beltran explica que sus años en Colombia han sido difíciles, porque difícil es la vida de una persona que vive en un país en conflicto armado. “A cada rato había explosiones, secuestros. Ir sólo a algún lugar o por ejemplo a un centro comercial con mis padres era complicado porque no se sabía en qué momento algo pudiera pasar, una bomba, un secuestro o algo más”, relata Cesar Beltran a Vatican News.
Cuando él tenía diecisiete años, aprovechando de la nacionalidad italiana del abuelo, su familia decidió salir del país y marcharse hacia el continente europeo. Cesar se mudó así a Lodi donde empezó una nueva vida. Estudió ciencias políticas y hoy es un especialista en recursos humanos. Por trabajo vive entre Italia y Suiza y gracias a su experiencia de vida marcada por viajar mucho y conocer a muchos seres humanos de culturas e idiomas diferentes, aprendió que “los seres humanos tenemos un potencial enorme y hay cosas que se pueden hacer de manera muy positiva. Pero, desafortunadamente, muchas veces usamos ese potencial de manera equivocada. No lo aprovechamos para crear, más bien para destruir”.
A pesar de vivir fuera de su país nunca ha podido y querido romper los lazos con él. Por eso, dedica parte de sus actividades a realizar el mejor regalo para Colombia: comprometerse con la paz, exhortando y ayudando a otros jóvenes y a las instituciones públicas a trabajar para conseguirla.
La paz es un valor fundamental para él, aunque reconoce que es una utopía cuando “no se deje a parte el rencor y la gente no encuentra intereses en común para sentarse en una mesa a dialogar”. Ese, para Beltrán, es el mayor desafío: “poner a las gentes en condiciones de sentarse y poder entender qué es lo que necesita la otra persona, quién es la otra persona, conocer su pasado, entender por qué pasaron ciertas cosas y cómo solucionarlas”. En su juicio, el diálogo es el antídoto a la guerra.
Su compromiso con la paz lo ha llevado junto con otros jóvenes a fundar la asociación Ruana. "Ruana", nombre de la manta usada como abrigo de protección ante las bajas temperaturas en la región andina de Colombia, trabaja en diferentes campos relacionados con la cooperación internacional, las migraciones y la sensibilización de temas sociales. E intenta poner su granito de arena para que el proceso de paz en el país colombiano sea definitivo.
Representando la asociación, Cesar encontró Francisco el pasado 18 de octubre. Agradeciendo los esfuerzos que el Vaticano está siendo para que se firme una paz definitiva en Colombia, lo quiso obsequiar regalándole la bandera nacional. “Encontrarlo fue una experiencia única en la vida. La manera como te mira, como te habla, las palabras que usa para darte fuerza. Ha sido una experiencia realmente espectacular”, dijo recordando el momento del encuentro.
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