Los derechos de los niños nunca habían estado en mayor peligro
Luana Foti – Ciudad del Vaticano
El 20 de noviembre de 1989 los dirigentes mundiales asumieron que los niños son titulares de derechos inalienables que necesitan de un marco jurídico internacional de reconocimiento y protección. Por eso, con un compromiso histórico para una época de profundos cambios en el orden mundial, suscribieron la Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado de los derechos humanos más ratificado de la historia.
Sin embargo, pese a que todos los países del mundo menos Estados Unidos se comprometieron a respetar la Convención, hoy, 34 años después, los derechos de la infancia están en peligro como nunca antes. Esta es la denuncia de Unicef, la agencia de Naciones Unidas creada para proteger y promover los derechos de todos los niños del mundo.
La preocupación por las violaciones de sus derechos esenciales que sufren los niños en la actualidad, es compartida también por el Santo Padre, que escribe hoy en su cuenta X:
Conflictos y violencia
La agencia de las Naciones Unidas para la infancia estima que 400 millones de niños, es decir, un niño de cada cinco, viven en zonas de conflicto o huyen de ellas. Eso signífica que están potencialmente expuestos a falta de acceso a agua potable o atención sanitaria, a la pérdida de sus propios hogares, a la falta de comida, al cierre de las escuelas, a secuestros, a asesinados, a violaciones sexuales y al reclutamiento forzado por grupos armados. A esto se suman los graves traumas psicológicos que sufren como “heridas invisibles” de la guerra.
“Los niños viven en un mundo cada vez más hostil a sus derechos que nunca antes habían estado en mayor peligro. Esto es más obvio en la experiencia de los niños afectados por los conflictos”, declara Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef. Gaza, Israel, Ucrania, Siria, Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo, República Centroafricana o Yemen: en esos lugares atormentados por la guerra, la infancia sigue llevándose la parte peor.
Las Naciones Unidas denuncian que entre 2005 y 2022, se han verificado más de 315.000 de violaciones graves de los derechos de los menores. Más allá de los enfrentamientos geopolíticos, hay otras crisis que amenazan los derechos de la infancia como el aumento de la pobreza y la desigualdad, las emergencias de saludad pública y la crisis climática global.
La amenaza del cambio climático
A nivel mundial, más de mil millones de niños viven en países que corren un riesgo extremadamente alto por los impactos del cambio climático. Ejemplos representativos del peligro que supone el calentamiento global para los menores son las tormentas cada vez más violentas que amenazan hogares y escuelas, la sequía que limita el abastecimiento de comida o la contaminación del aire que pone en peligro la salud de sus pulmones. Por eso, explica Catherine Russell, “el cambio climático es una amenaza existencial para la salud y el bienestar de esta y futuras generaciones de niños”.
Delante de este escenario crítico para los derechos de los más pequeños, la directora ejecutiva de Unicef pronuncia un llamamiento hacia la comunidad internacional: “Hoy debería ser un día en el que celebremos el avance de los derechos de los niños en todo el mundo, pero esos derechos están siendo atacados. Pero, no debemos desanimarnos, sino más bien estar decididos a garantizar que se cumpla la promesa de la Convención sobre los Derechos del Niño para todos los niños”.
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