Beckenbauer y su encuentro con Benedicto XVI: "El más hermoso de mi vida"

Mario Galgano - Ciudad del Vaticano

"Para mí, por supuesto, es una experiencia inolvidable porque es el primer Papa cuya mano he podido estrechar o con el que he intercambiado algunas palabras", fueron las palabras de Franz Beckenbauer tras la audiencia del 26 de octubre de 2005. La conversación con Benedicto XVI duró menos de un minuto, pero, como dijo el gran futbolista, fue "el momento más hermoso de mi vida. Al fin y al cabo, fui educado como cristiano y católico, y mi pensamiento siempre está dirigido hacia lo alto. Por supuesto, esperaba este momento porque creo que es un gran representante del mundo cristiano. Y también le he dicho que le deseo todo lo mejor, sobre todo una larga vida, porque la humanidad lo necesita más que nunca".

Campeón del Mundo en 1974

Beckenbauer fue uno de los mejores futbolistas del mundo. Ingresó en las categorías inferiores del Bayern de Múnich y pronto se consolidó como jugador clave del club bávaro, con el que ganó cuatro títulos de campeón nacional y conquistó la Copa de Europa y la Copa del Mundo en tres ocasiones. Con elegancia y soltura sobre el terreno de juego, redefinió el papel del defensor y coronó su carrera ganando en casa la Copa Mundial de 1974. Dos años antes había conducido a la selección alemana a la victoria en la Eurocopa. Tras unos años en Estados Unidos con el Cosmos de Nueva York, donde jugó en un equipo legendario con Pelé, Beckenbauer regresó a Alemania y ganó otro título de campeón con el Hamburger SV en 1982. Tras quedar eliminado en la ronda preliminar de la Eurocopa de 1984, se convirtió en seleccionador de la Mannschaft, el equipo nacional alemán, sin licencia de entrenador, y llevó a la selección directamente a la final de la Copa Mundial de 1986 contra la Argentina de Maradona, que terminó 2:3 a favor de los sudamericanos. Cuatro años más tarde llegó la revancha contra Diego Maradona y compañía con el triunfo, en Roma, en el Mundial de Italia 90. Beckenbauer dimitió, dejando una pesada carga a su sucesor, Berti Vogts, que regresó al FC Bayern como entrenador a mediados de los noventa, con el equipo de Múnich en crisis.