Prosiguen los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá
Gianmarco Murroni y Silvia Giovanrosa – Ciudad del Vaticano
Muertos y heridos en los ataques de Israel en el sur del Líbano. Un portavoz militar israelí declaró ayer que los ataques alcanzaron "varios objetivos en las zonas de Jabal el Braij, Houneh, Dunin, Aadchit y Souaneh".
Entre los objetivos había complejos militares, centros de control operativo e instalaciones terroristas de Hezbolá. La ofensiva israelí en el Líbano se produjo tras el lanzamiento de varios cohetes por milicias proiraníes contra dos bases militares en Galilea, en el que murió una joven soldado y otras ocho personas resultaron heridas.
Oposición internacional
"La reciente escalada es peligrosa y debe detenerse", comentó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a través de su portavoz, quien pidió el cese inmediato del enfrentamiento. Mientras tanto, la embajada israelí ante la Santa Sede emitió una nota crítica con ciertas declaraciones de la secretaría de Estado del Vaticano.
También lanzó un llamamiento a tomar la vía diplomática Estados Unidos: "Seguimos creyendo que hay margen para hacerlo, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, y seguiremos avanzando para intentar resolver este asunto por la vía diplomática".
Desde Israel, el portavoz de la oficina del premier Stein, reiteró que el Estado judío "no está interesado en una guerra en dos frentes, pero si se le provoca responderá con contundencia". El gobierno israelí ha exigido en repetidas ocasiones, basándose en la resolución 1701 de la ONU, que Hezbolá se retire más allá del río Litani y Francia está trabajando en un plan de mediación.
En El Cairo, donde también ha aterrizado hoy el líder turco Erdogan, las negociaciones con Hamás avanzan, pero el camino sigue siendo cuesta arriba. Diversas fuentes informan de que las conversaciones se han estancado principalmente por el número de detenidos palestinos que exige la facción islámica para aceptar el acuerdo sobre los rehenes. También instó a Hamás el presidente palestino, Abu Mazen: "Completen rápidamente el acuerdo sobre los rehenes", advirtió, "para evitar a nuestro pueblo el azote de otra catástrofe".
Las preocupaciones del líder del CNP y de otros se centran ahora en la posible operación terrestre en Rafah, donde hay más de un millón de desplazados. Netanyahu incluso ha amenazado hoy con una acción "poderosa" en cuanto se desaloje a los civiles. Una perspectiva que ahora condena el mundo entero. El presidente francés, Emmanuel Macron, en una llamada telefónica con el primer ministro israelí, dijo que el número de muertos en Gaza es "intolerable" y que las operaciones israelíes "deben cesar".
A continuación, subrayó la urgencia de concluir un acuerdo de alto el fuego que garantice por fin la protección de todos los civiles y el acceso masivo de ayuda. La misma advertencia hicieron España e Irlanda, que pidieron a la Comisión Europea que "verifique urgentemente" si Israel "respeta los derechos humanos en Gaza".
En la misma línea, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, subrayó la importancia de proteger la vida de los civiles palestinos y aumentar la ayuda humanitaria para los cientos de miles de desplazados.
El comentario de Renzo Guolo
"La apertura de un nuevo frente de guerra en el Líbano alejaría mucho más la posibilidad de un acuerdo de tregua y, por tanto, el reconocimiento de un Estado palestino", afirma Renzo Guolo, profesor de Sociología de la Universidad de Trieste. Al mismo tiempo, recuerda que "ni Hezbolá ni Irán quieren una guerra prolongada".
Hasta ahora ha sido de interés común, por razones tanto políticas como militares, mantener una guerra de baja intensidad, dice Guolo, ahora hay que ver si "alguien va a avivar las llamas" y así ampliar el conflicto e impedir cualquier solución de paz. Actualmente, Estados Unidos y algunos socios de Oriente Medio trabajan en un plan detallado para el reconocimiento de un Estado palestino, única solución, para Renzo Guolo, que puede garantizar una paz duradera.
Renzo Guolo explica además cómo el destino de este plan está, de hecho, en manos del gobierno israelí. La derecha israelí", señala, "es poco probable que acepte el acuerdo que podría hacer caer el gobierno de Netanyahu". El ejecutivo pretende durar, a la espera de ver si, en el marco internacional, las relaciones entre Israel y Estados Unidos pueden cambiar en los próximos meses, con el posible regreso de Trump a la Casa Blanca'.
También es cierto que Netanyahu se está aprovechando de las protestas, no sólo de la población israelí, sino también de la comunidad internacional. Los errores que se le reprochan, observa Guolo, son, por una parte, haber dejado prosperar a Hamás, "como una especie de hipoteca para posibles negociaciones", y luego haber cedido "a las presiones de la extrema derecha para proteger al movimiento de colonos en Cisjordania".
El panorama actual es el siguiente, concluye Guolo: "Por un lado, el gobierno de un dirigente que quiere ganar tiempo para durar lo más posible y, por otro, una comunidad internacional orientada a encontrar una solución definitiva a la cuestión de Oriente Medio".
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