Olimpíadas, lo mejor debe venir aún

Giampaolo Mattei

No hay tregua olímpica. La propuesta de paz, apoyada también por el Papa Francisco, sigue sin ser escuchada: las guerras continúan, se recrudecen ante los ojos del mundo o son "olvidadas".

Los Juegos Olímpicos, que terminaron la noche del 11 de agosto en París (con la próxima cita en Los Ángeles en el 2028) no pretenden detener los conflictos, sino relanzar una cultura de paz. Con un lenguaje popular de fraternidad que todo el mundo pueda entender.

Para ser justos, los Juegos Olímpicos de París no han terminado. Hay una pausa "técnica" (un poco como entre el primer y el segundo tiempo de un partido de fútbol) y el miércoles 28 de agosto se reanudan con los Juegos Paralímpicos.

Ese sufijo griego – para – indica que "es lo mismo", modulado de forma diferente. Pero desde luego no son competiciones de segunda clase porque los atletas sean "discapacitados". Al contrario... lo mejor está por llegar.

De hecho, los Juegos de París terminarán el domingo 8 de septiembre precisamente con el final de los Paralímpicos.

Mejor aún: terminarán el domingo 15 de septiembre con el fin del período de tregua olímpica. Para pasar el testigo a Italia, que acogerá los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno entre Milán y Cortina del 6 al 22 de febrero del 2026.

Y estos juegos deportivos serán también una oportunidad para la paz, con la tenaz propuesta de una nueva tregua.