Ucrania avanza en Kursk mientras Moscú presiona en Donbás
Silvia Giovanrosa - Ciudad del Vaticano
Destruir el potencial bélico ruso, llevar al máximo las acciones de contraofensiva y crear una «zona de distensión» en la región rusa de Kursk: éstas son las razones de las operaciones militares ucranianas que comenzaron el pasado 6 de agosto, anunciadas por el presidente ucraniano Zelensky, quien también instó a sus socios occidentales a proporcionar nueva ayuda militar porque, según sus palabras, «la guerra no se va de vacaciones».
Moscú: nada de negociaciones con Kyiv
Rusia ha declarado que «no hablará con Ucrania». Según Moscú, las fuerzas de Kyiv están preparadas para un nuevo ataque contra Kursk, donde, sin embargo, las fuerzas rusas, siempre según el Kremlin, «mantienen el control de la situación».
Rusia está desviando miles de soldados a la región de Kursk y las operaciones de las fuerzas armadas de Moscú también se están intensificando en la región de Donetsk, donde se ha liberado la aldea de Sviridonovka, definida por los rusos como un punto estratégico por el que ahora las tropas podrán desplazarse más fácilmente hacia el oeste. Según informa la CNN, el presidente ruso decidió llamar a filas a los reclutas, rompiendo así su anterior promesa de no utilizar neomilitares en el frente.
Bielorrusia
Mientras tanto, el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, anunció en una entrevista televisiva que había desplegado un tercio de las fuerzas armadas del país a lo largo de la frontera sur en respuesta a las acciones del ejército ucraniano en la región de Kursk.
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