Cárcel de Rebibbia: La Puerta Santa que abre el Papa es a la espiritualidad y a la justicia
Roberta Barbi - Ciudad del Vaticano
Honrados por la elección y fervorosos en la espera. En una palabra, emocionados. Este es el sentimiento compartido que anima estos días a la población carcelaria del «Rebibbia Nuovo Complesso» (Rebibbia Nuevo Complejo) de Roma-reclusos, operadores, agentes- donde el Papa Francisco estará el próximo 26 de diciembre para la inauguración del Jubileo 2025 también con la apertura de una Puerta Santa en la cárcel, como ya había prometido en la Bula de Convocación del Año Santo Spes non confundit. Lo cuenta a los medios vaticanos la directora de la cárcel, Teresa Mascolo: «Percibimos la Puerta Santa como una apertura de espiritualidad y justicia -dice-, un lugar de acogida al servicio de la fraternidad del mundo y representa también una metáfora de espiritualidad, en el signo del compromiso por la igual dignidad de todos».
La esperanza que no defrauda
El Papa Francisco irá a Rebibbia como «peregrino de la esperanza», la misma esperanza a la que está dedicado el Jubileo 2025: «Hago mías las palabras del Papa que nos enseña que la esperanza no defrauda -continúa la directora- es un don que nos empuja a actuar y cada día en la cárcel es precioso para cultivarla porque es un sentimiento que nos permite encontrar lo bueno y lo bello en los demás». El Papa Francisco también habla a menudo de la necesidad de construir puentes que puedan unir la cárcel y las personas privadas de libertad personal que viven allí con el resto de la sociedad: «Se necesita humildad, respeto por la dignidad de la persona, pero también atención a la palabra -añade Mascolo-, cuidar las relaciones, pero también las relaciones que curan: todo esto hace que los presos se suelten de las ataduras de su propia culpa. Y luego un trato justo que favorezca la reinserción: también esto es un pilar fundamental de ese puente».
Justicia y perdón: dos caras de la misma moneda
Durante el Año Santo, atravesar una Puerta Santa es una de las reglas que dan derecho a recibir la indulgencia plenaria, la forma más elevada de perdón cristiano. Pero, ¿cómo se vive el concepto de perdón en la cárcel? «Creo que justicia y perdón son dos caras de la misma moneda», explica la directora: «Para lograr la paz y reducir las desigualdades, todos debemos vivir de acuerdo con la justicia, pero para llegar al perdón hay que reflexionar sobre la propia conducta, sobre todo si ha llevado a cometer un delito como en el caso de los presos».
La realidad de Rebibbia Nuovo Complesso: humanidad y dignidad
Rebibbia Nuovo Complesso, uno de los cuatro institutos que componen la cárcel romana de Rebibbia, es una de las realidades más grandes de Italia: «Actualmente tenemos 1.585 reclusos frente a una capacidad de 1.170. Mientras la población reclusa crece, el número de operadores, especialmente de policías penitenciarios, disminuye, pero todos nos esforzamos por trabajar con una sonrisa, obviamente en cumplimiento de nuestro mandato constitucional, que luego se declina en el reglamento penitenciario. Nuestras consignas son: humanidad y dignidad de las personas».
A continuación, la directora describe las características que, en su opinión, deben tener quienes ocupan el cargo de director de una institución penitenciaria, una verdadera misión que cada vez asumen más mujeres: «No sólo hace falta una formación técnica -dice-, hace falta corazón, pero también coraje, fuerza y determinación: todas ellas características que tienen las mujeres, pero que deben mezclarse con un gran sentido de humanidad hacia las personas que viven en los márgenes».
La feliz espera del Papa
En estos días que la separan del encuentro con el Papa, la directora revela que las internas están preparando un regalo para Francisco que fue realizado en el taller de carpintería del proyecto que se ocupa de la recuperación de la madera de las barcazas de migrantes llamado «Metamorfosis» y activado por la Casa del Espíritu y de las Artes, pero también revela cuáles son sus expectativas personales: «Seguramente el Papa Francisco nos ofrecerá palabras de cercanía y comprensión de las dificultades que encontramos en nuestra vida cotidiana, pero también nos infundirá coraje y sobre todo nos mostrará el camino para la valoración de la diversidad, para la acogida del otro y para la esperanza».
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