Siria, bombardeado el colegio franciscano Terra Sancta de Alepo
Vatican News
El colegio franciscano Terra Sancta de Alepo ha sufrido un ataque ruso que ha causado graves daños. Según informaron los franciscanos de Alepo a los medios vaticanos, «no hay víctimas» en el instituto situado en el interior del recinto conventual, cerca de la iglesia donde por la tarde estaba prevista la celebración de la misa del primer domingo de Adviento.
Patton: rezar por la atormentada Siria
El Custodio de Tierra Santa, el padre Francesco Patton, confirmó también en una nota emitida por la tarde que «gracias a Dios, no hay víctimas ni heridos, sólo el edificio ha sido dañado» por la bomba que cayó sobre el Colegio por la tarde. «Nuestros frailes y los fieles de la parroquia se encuentran todos bien. Desde nuestra Curia estamos en contacto permanente con ellos. Nos informan por ahora de una creciente tensión y temor de la población civil de Alepo debido a los imprevisibles desarrollos del enfrentamiento en curso», informó el padre custodio que invita a frailes, cristianos de Tierra Santa y a todas las iglesias a unirse en oración por la paz en Siria atormentada por largos años de guerra y violencia. «La palabra de Dios en este primer domingo de Adviento -continuó Patton- nos invita a mantener viva la esperanza de una perspectiva de paz. Aceptemos esta exhortación y recemos para que se haga realidad para nuestros hermanos y hermanas sirios».
Alepo en manos de los rebeldes
El bombardeo del colegio Terra Sancta es una de las consecuencias del caos en el que se ha sumido Siria en menos de cinco días. Por primera vez desde el inicio del conflicto en 2012, Alepo, la segunda ciudad más grande del país y una de las más antiguas del mundo, escenario ya de una sangrienta batalla en 2016, está en manos de los rebeldes yihadistas anti-Assad tras ocho años de control gubernamental. La confirmación procede de activistas del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización no gubernamental con sede en Londres, pero con una red de activistas sobre el terreno. Los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham y las facciones rebeldes aliadas «controlan la ciudad de Alepo, salvo los barrios controlados por las fuerzas kurdas. Por primera vez desde el comienzo del conflicto, la ciudad de Alepo está fuera del control de las fuerzas del régimen sirio», declaró a la agencia Afp Rami Abdel Rahman, responsable del Observatorio.
Apoyado por las fuerzas aéreas rusas, el ejército gubernamental sirio lanzó anoche un contraataque: el Ministerio de Defensa de Moscú informó que «se llevaron a cabo ataques con misiles y bombas contra lugares de reunión de militantes, puestos de control, almacenes y posiciones de artillería».
Apoyo de Irán
«Contra los grupos terroristas» llega una plena expresión de apoyo al gobierno y al ejército sirios por parte de Irán. Así lo ha declarado el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, citado por la agencia de noticias Irna. Anteayer, el propio Araghchi anunció que visitaría Damasco hoy mismo para llevar el mensaje de apoyo de la República Islámica a su aliado Assad.
Víctimas y desplazados
Desde el inicio de la violencia, hace unos seis días, se han registrado más de 300 muertos y al menos 15.000 desplazados, según Naciones Unidas. Cifras destinadas a aumentar en las próximas horas teniendo en cuenta que las fuerzas yihadistas también han entrado en la región de Hama, en el centro de Siria. Mientras tanto, la ONU ha iniciado la evacuación de Alepo hacia Damasco. La agencia de noticias gubernamental Sana ha dejado de enviar noticias, indicios que hacen especular a muchos con un golpe de Estado contra Bashar al Assad, que en cambio asegura que Siria «derrotará a los terroristas».
Temores y esperanzas de la población
Mientras tanto, la gente sigue esperando, como explican algunos habitantes de Alepo que, en algunas comunicaciones vía WhatsApp, dicen estar «viviendo el día a día», pensando «en cuándo dejaremos de vivir esta dramática situación». Entre bombardeos, toques de queda, fuego de mortero y francotiradores, «la vida cotidiana no es fácil» y «la gente tiene miedo». «Las calles están vacías porque se teme el fuego de mortero contra la gente. Incluso de los hospitales cercanos a Damasco se ha marchado el personal. Estamos reducidos al mínimo... Hay angustia».
Llamamiento del nuncio Zenari
El nuncio apostólico en Damasco, el cardenal Mario Zenari, hizo un llamamiento para preservar a los civiles de Alepo. Al teléfono con Adnkronos, subrayó que la Iglesia católica, «una pequeña minoría en Siria», no dispone de fuerzas suficientes para desempeñar un papel mediador en el contexto de Alepo. También porque «durante la guerra perdimos dos tercios de los cristianos». Su esperanza, escuchando las declaraciones de los yihadistas y de las fuerzas aliadas que han ocupado Alepo, es que la población civil no se vea implicada en los enfrentamientos: «Estos insurgentes nos han asegurado que no tocarán a los civiles y hasta ahora lo han hecho. Les han dado instrucciones para que permanezcan en sus casas. Pero es obvio que, de un modo u otro, la gente está implicada». Así lo demuestran las decenas de miles de personas desplazadas desde que comenzaron los enfrentamientos. Lo que la comunidad internacional podría hacer en su lugar, sugirió Zenari, es trabajar para «prevenir el conflicto», porque «la comunidad internacional siempre se mueve tarde». Sin embargo, el conflicto palestino-israelí era previsible. La guerra entre Ucrania y Rusia era previsible», señaló el purpurado. «La comunidad internacional debe actuar primero, para prevenir los conflictos, y no actuar después para recoger los pedazos».
«Toda Siria está sufriendo y la gente ya no tiene esperanza», prosiguió el cardenal, que lleva dieciséis años en Siria, «para los sirios la única esperanza es poder escapar de este país» y el primer «destino es Europa». Según el nuncio «la toma de Alepo tendrá consecuencias en este sentido, dará un nuevo impulso a la emigración hacia Europa». Algunos «a través de corredores humanitarios, otros a través de métodos que ponen en peligro sus vidas. Pero están dispuestos a hacerlo, no tienen alternativa». Sobre todo, los jóvenes.
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