La esperanza y el arte son una cura
Eugenio Murrali – Ciudad del Vaticano
"Para los enfermos, estar en un entorno bello es bueno. Está bien fundamentado neurobiológicamente que la belleza es buena". Fabrizio Consorti, antiguo catedrático de Cirugía General de la Universidad «La Sapienza» de Roma, lleva mucho tiempo experimentando los beneficios de las expresiones culturales en los pacientes. Pero no es el único.
La Organización Mundial de la Salud publicó en el 2019 un informe muy rico sobre el impacto de las artes en el bienestar.
Una visión unitaria de la persona
Ya el Papa Francisco, el pasado mes de enero, en su Mensaje para la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo, había subrayado un aspecto humano de los lugares de asistencia:
Los lugares donde la gente sufre son a menudo lugares para compartir, donde nos enriquecemos mutuamente. ¡Cuántas veces, junto a la cama de un enfermo, aprendemos a esperar! ¡Cuántas veces, estando cerca de los que sufren, se aprende a creer! Cuántas veces, inclinándose sobre los necesitados, ¡se descubre el amor!
Una mirada global de la persona enferma, un enfoque en todas sus dimensiones. Consorti señala: «En una visión unificada de la persona humana, no hay separación entre mente, cuerpo, espíritu y la red de relaciones que conforman el ser».
El proyecto «La Cultura es Salud»
La humanización de los lugares de asistencia y el valor añadido que las artes figurativas, la literatura, la música, el cine, el teatro y la danza representan para los procesos de terapia y rehabilitación son el núcleo de los proyectos llevados a cabo por el comité «La Cultura es Salud» de la Asociación de Clubes Médicos, presidido por Consorti:
"Hemos puesto en red a más de cien asociaciones e instituciones con la premisa de que el bien cultural, en todas sus expresiones, promueve la salud. También realizamos un acto conjunto en enero del año pasado en un lugar maravilloso, los pasillos sixtinos del hospital Santo Spirito in Sassia".
La cita llevaba el significativo título de Efecto Miguel Ángel. El arte como efecto e instrumento de autocuidado y cuidado de los demás. Y recorriendo el portal de la asociación, son muchas las iniciativas que ven en la creatividad una herramienta terapéutica. Otras propuestas están relacionadas con los libros y ven florecer pequeñas bibliotecas y lugares aptos para la lectura en entornos asistenciales. El proyecto Punto Biblio Digital también ofrece a los pacientes la posibilidad de acceder a un servicio de préstamo de libros digitales.
La clínica como servicio, «inclinarse» ante los enfermos
«La esperanza es la conditio sine qua non para lograr la recuperación. Y esta esperanza se nutre de manera fundamental de la relación de confianza entre sanador y curado. Sobre la confianza se construye la esperanza de que lo que estás haciendo es bueno para ti», asegura Consorti.
El médico, que cree firmemente en el poder de la cultura, hasta el punto de que también participa como presidente de la Opera di Promozione dell'Alfabetizzazione nel Mondo, tiene asimismo una visión muy clara de cuál es el concepto de servicio que debe guiar a quienes se dedican a cuidar de los demás:
«Solía recordar a mis alumnos que la palabra ‘clínica’ viene del verbo griego ‘klinomai’, que significa ‘inclinarse’, por lo que es inclinarse ante el enfermo, la forma más elevada de servicio que uno puede realizar. Por eso es bonito que en el jubileo celebremos un día para todos los que están en la condición de enfermos, especialmente los crónicos, que se convierten en una parte de tu existencia con la que tienes que vivir».
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