Papa: el amor de Dios es fiel, como el de un padre y una madre
Ciudad del Vaticano
El Señor es fiel, no se olvida de nosotros. Y esto lo impulsa a exultar en la esperanza. El Papa recordó esta mañana ante la inminente Semana Santa, que la Iglesia invita a reflexionar sobre el amor fiel de Dios a la vez que el Señor “siempre se ha acordado de su alianza”, como dice el Salmo responsorial y la Primera Lectura – tomada del Libro del Génesis – que recorre el episodio de la alianza de Dios con Abraham. Una alianza que se prolongará en la historia del pueblo, a pesar de los pecados y de la idolatría.
El amor de Dios intenso como el de un padre y una madre
En efecto, el Señor tiene un “amor visceral” que no le permite olvidar. Y para hacer comprender esto el Pontífice recordó que en Argentina, con ocasión del día de la madre, se suele regalar a la propia mamá una flor llamada “No-me-olvides”, que tiene dos colores: un azul suave, para las mamás vivas, y el violeta, para las madres difuntas:
“Así es el amor de Dios, como el de la mamá. Dios no se olvida de nosotros. Jamás. No puede, es fiel a su alianza. Esto nos da seguridad. De nosotros podemos decir: ‘Pero, mi vida es tan mala… Me encuentro en esta dificultad, soy un pecador, una pecadora…’. Él no se olvida de ti, porque tiene este amor visceral, y es padre y madre”.
El sacramento de la Penitencia no es como ir a la tintorería
Por lo tanto – destacó el Papa Francisco – se trata de una fidelidad que lleva a la alegría. Y añadió que al igual que para Abraham, nuestra alegría es exultar en la esperanza porque “cada uno de nosotros sabe que no es fiel”, pero Dios sí lo es, reafirmó el Santo Padre. E invitó a pensar en la experiencia del Buen Ladrón:
“Dios fiel no puede renegar de sí mismo, no puede renegar de nosotros, no puede renegar su amor, no puede renegar a su pueblo, no puede renegar porque nos ama. Ésta es la fidelidad de Dios. Cuando nosotros nos acercamos al Sacramento de la Penitencia, pero por favor: no pensemos que vamos a la tintorería a quitar la suciedad. No. Vamos a recibir el abrazo de amor de este Dios fiel, que nos espera siempre. Siempre.
Nuestra alegría es exultar en la esperanza
A continuación, Francisco hizo referencia al Evangelio del día en el que el Juan nos dice que los Doctores de la Ley habían recogido piedras para tirarlas contra Jesús. Se habla de piedras para matar – recordó el Papa – para “oscurecer la verdad de la Resurrección”. Y, en conclusión, Francisco volvió a referirse a la exhortación central de su homilía:
“Él es fiel, él me conoce, él me ama. Jamás me dejará solo. Me lleva de la mano. ¿Qué más puedo querer? ¿Qué más? ¿Qué debo hacer? Exulta en la esperanza. Exulta en la esperanza, porque el Señor te ama como padre y como madre”.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí