El Papa reza para que Europa crezca unida en la fraternidad
Vatican News
En la Misa matutina celebrada – y transmitida en vivo – en la Capilla de la Casa Santa Marta, este V Domingo de Pascua, el Papa Francisco pidió por Europa:
“En los dos últimos días se han celebrado dos conmemoraciones: el 70º Aniversario de la Declaración de Robert Schuman, que dio origen a la Unión Europea, y también la conmemoración del final de la guerra. Pidamos al Señor que Europa hoy crezca unida, en esta unidad de fraternidad que hace crecer a todos los pueblos en la unidad en la diversidad”.
En su homilía, el Papa comentando el Evangelio de hoy (Jn 14,1-12) en el que Jesús dice a sus discípulos que quien crea en Él hará también las obras que Él hace y hará obras más grandes que éstas, porque va al Padre: "Todo lo que pidan en mi nombre, lo haré yo, para que el Padre sea glorificado en el Hijo".
"Podemos decir – afirmó el Papa – que este pasaje del Evangelio de Juan es la declaración de ascensión al Padre. El Padre siempre ha estado presente en la vida de Jesús”, y Jesús, dijo que el Padre se preocupa por nosotros y sus criaturas. Y cuando los discípulos le pidieron que les enseñará a rezar, Jesús les enseñó el Padre Nuestro. Jesús "va siempre al Padre" y "en este paso es muy fuerte" porque "es como si abriera las puertas de la omnipotencia de la oración", porque dice: "Yo estoy con el Padre: ustedes pidan y yo lo haré todo. Pero porque el Padre lo hará conmigo".
"Esta confianza en el Padre, confianza en el Padre que es capaz de hacer todo. Este coraje para rezar, porque rezar requiere coraje, requiere el mismo coraje, la misma franqueza que predicar: la misma". El Papa recordó el coraje de Abraham cuando "regateó": tuvo "el coraje de luchar en la oración, porque rezar es luchar: luchar con Dios". Y también el coraje de la oración de Moisés que se atrevió a decir "no" al Padre. Rezar con poco valor "es una falta de respeto”. Rezar es ir con Jesús al Padre que te dará todo. Coraje en la oración, franqueza en la oración. Lo mismo que se necesita para la predicación".
El Papa luego comentó la Primera Lectura, tomada de los Hechos de los Apóstoles, donde se refiere "a ese conflicto en los primeros tiempos de la Iglesia, porque los cristianos de origen griego murmuraban –murmuraban, ya en aquel entonces esto se hacía: se ve que es un hábito de la Iglesia – murmuraban porque sus viudas, sus huérfanos no eran bien atendidos; los apóstoles no tenían tiempo". Y "Pedro, iluminado por el Espíritu Santo, 'inventó' los diáconos: siete personas de fe que se encargaban del servicio, para que aquellas personas que tuvieran motivos para quejarse, fueran asistidas en sus necesidades. Pedro tomó esta decisión para que los apóstoles pudieran dedicarse a la oración y a la proclamación de la Palabra.
"Esto – dijo el Papa – es la tarea del Obispo: rezar y predicar. Con esta fuerza que hemos escuchado en el Evangelio: el Obispo es el primero que va al Padre, con la confianza que Jesús le dio, con el coraje, con la parresía, para luchar por su pueblo. La primera tarea de un Obispo es rezar".
El Papa recordó a un sacerdote, "un santo y buen párroco", que cuando se encontraba con un Obispo siempre hacía la misma pregunta: "Pero Excelencia, ¿cuántas horas al día reza?", y siempre decía: "Porque la primera tarea es rezar". "Porque es la oración del jefe de la comunidad por la comunidad, la intercesión ante el Padre para que proteja al pueblo".
"La oración del Obispo, la primera tarea: rezar. Y la gente, al ver al Obispo rezar, aprende a rezar. Porque el Espíritu Santo nos enseña que es Dios quien "hace las cosas". Hacemos un poco, pero es Él quien 'hace las cosas' de la Iglesia, y la oración es la que lleva a la Iglesia hacia adelante". Y por esta razón "los Obispos deben seguir adelante con la oración".
Esa palabra de Pedro es profética: "Dejen que los diáconos hagan todo esto, para que el pueblo esté bien cuidado y haya resuelto sus problemas y también sus necesidades". Pero a nosotros, los Obispos, la oración y la proclamación de la Palabra".
"Es triste – observó el Pontífice – ver buenos Obispos, buenas personas, pero ocupados con muchas cosas, la economía, y esto y aquello y aquello ... La oración en primer lugar. Luego, las otras cosas. Pero cuando las otras cosas le quitan espacio a la oración, algo no funciona. Y la oración es fuerte. Jesús lo dijo: "Voy al Padre, y todo lo que pidan en mi nombre al Padre, lo hará, para que el Padre sea glorificado". "Así – concluyó el Papa – la Iglesia sigue adelante, con la oración, el coraje de la oración, porque la Iglesia sabe que sin esta ascención al Padre no puede sobrevivir".
La comunión espiritual, adoración y bendición Eucarística
Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración:
“A tus pies, oh Jesús mío, me postro y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito que se abandona en su nada y en Tu santa presencia. Te adoro en el sacramento de tu amor, deseo recibirte en la pobre morada que mi corazón te ofrece. En espera de la felicidad de la comunión sacramental, quiero tenerte en espíritu. Ven a mí, oh Jesús mío, que yo vaya hacia Ti. Que tu amor pueda inflamar todo mi ser, para la vida y para la muerte. Creo en Ti, espero en Ti, Te amo. Que así sea”.
Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana que se canta en el tiempo pascual, el Regina Coeli.
Regína caeli laetáre, allelúia.
Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia.
Ora pro nobis Deum, allelúia.
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