El Tweet del Papa Francisco: “educar a la esperanza”
De Renato Martínez
Tal y como lo mencionó en su Catequesis de la Audiencia General del miércoles, 20 de septiembre, desarrollando el tema de “Educar a la esperanza”, el Obispo de Roma explicó que, este mundo es el primer milagro que Dios hizo y Dios ha puesto en nuestras manos la gracia de nuevos prodigios. “La fe y la esperanza avanzan juntas. Cree en la existencia de las verdades más altas y más hermosas. Confía en Dios creador, en el Espíritu Santo que mueve todo hacia el bien, en el abrazo de Cristo que espera a cada hombre al final de su existencia; cree, Él te espera. El mundo camina gracias a la mirada de muchos hombres que han abierto brechas, que han construido puentes, que han soñado y creído; incluso cuando a su alrededor escuchaban palabras de burla”.T
El Papa Francisco en esa catequesis, alentaba a seguir en la lucha diaria, a no pensar nunca que la lucha aquí abajo es del todo inútil. Y que al final de la existencia no nos espera el naufragio, porque Dios no defrauda, y si ha puesto una esperanza en nuestros corazones, no quiere destruirla con frustraciones continuas. “Donde quiera que estés, ¡construye! Si estás en el suelo, ¡levántate! Nunca te quedes caído, levántate, deja que te ayuden a levantarte. Si estás sentado, ¡ponte en camino! Si el aburrimiento te paraliza, ¡ahuyéntalo con buenas obras! Si te sientes vacío o desmoralizado, pide que el Espíritu Santo llene de nuevo tu nada. Obra la paz en medio de los hombres, y no escuches la voz de quien esparce odio y divisiones. No escuches esas voces. Los seres humanos, por muy diferentes que sean unos de otros, han sido creados para vivir juntos. Ante los contrastes, paciencia: un día descubrirás que cada uno es depositario de un trozo de verdad”.
También, el Santo Padre invitaba a Amar a las personas, a respetar el camino de todos, sea lineal o dificultoso, porque cada uno tiene su propia historia que contar, porque Jesús nos entregó una luz que brilla en las tinieblas: defiéndela, protégela. Esa luz única, alentaba el Papa, es la riqueza más grande confiada a tu vida. “Y sobre todo, ¡sueña! No tengas miedo de soñar. ¡Sueña! Sueña con un mundo que todavía no se ve, pero que ciertamente vendrá. La esperanza nos lleva a creer en la existencia de una creación que se extiende hasta su cumplimiento definitivo, cuando Dios será todo en todos. Los hombres capaces de imaginar han regalado a la humanidad descubrimientos científicos y tecnológicos. Han surcado los océanos, y pisado tierras que nadie había pisado nunca. Los hombres que han cultivado esperanzas son también los que han vencido la esclavitud, y han traído mejores condiciones de vida a esta tierra. Piensa en esos hombres”.
Finalmente, el Sucesor de Pedro exhortaba a ser responsables de este mundo y de la vida de cada hombre. Invitaba a pensar que toda injusticia contra un pobre es una herida abierta, que disminuye tu propia dignidad. Invitaba a tener siempre el valor de la verdad, sabiendo que no somos superior a nadie. “Si te hiere la amargura, cree firmemente en todas las personas que todavía trabajan para el bien: en su humildad está la semilla de un mundo nuevo. Relaciónate con las personas que han mantenido su corazón como el de un niño. Aprende de la maravilla, cultiva el asombro. Vive, ama, sueña, cree. Y, con la gracia de Dios, no desesperes nunca”.
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