«Rezo por usted, por sus compañeros caídos y heridos y por Colombia» El Papa agradece al soldado colombiano Edwin Restrepo
«Rezo por usted, por sus compañeros caídos y heridos y por Colombia»: así el Papa Franciso expresó su gratitud y su envió sus recuerdos a Edwin Restrepo Restrepo, Infante de Marina Profesional, una de las 7.025 miembros de la Fuerza Pública, que han sido víctimas de las minas antipersona.
Tal como lee en la página Web de la Conferencia Episcopal de Colombia, desde el momento de la tragedia, el panorama fue desalentador para el Infante de Marina Profesional, debido al pronóstico de los médicos, el cual indicaba que, además de perder la vista, no podría volver a caminar. "La vida le puso dos caminos - se lee en el informe - : sufrir la adversidad y resignarse a un destino como una persona con muchos obstáculos físicos o convertir esta situación en una hazaña interior. La decisión fue esta última. Edwin, una persona que no había tenido la oportunidad de terminar su bachillerato, comenzó desde cero aprendiendo a leer en sistema braille, terminó sus estudios secundarios, comenzó a estudiar derecho y contra todo pronóstico, por parte de los médicos, aprendió de nuevo a caminar con su nueva prótesis. Dios le dio unos ojos nuevos para ver, tal vez con los ojos del alma y le dio nuevas piernas. Hoy, a punto de terminar su carrera como abogado, casado y con dos hijas ha recorrido un camino que le sigue entregando satisfacciones producto de su entereza y decisión".
A él, el Obispo de Roma conoció en el aeropuerto de Catam en el mes de septiembre, con ocasión de su Viaje Internacional a Colombia. En aquella oportunidad Restrepo entregó su gorra al Pontífice como recuerdo, y en un reciente encuentro en Roma con Monseñor Fabio Suescún Mutis, obispo Castrense, el Papa le pidió que entregara la misiva al soldado que fue leída por el mismo Obispo Castrense a su regreso a Colombia, este jueves 9 de noviembre.
"No olvidé el gesto espontáneo que tuvo el pasado 10 de setiembre en el aeropuerto de Catam, antes de mi partida hacia Villavicencio", escribe el Papa. "Ese gesto me tocó el corazón, y no entregué su gorra de soldado a mi asistente (como suelo hacerlo con las cosas que me dan) sino quise llevarla conmigo, como recuerdo y símbolo de entrega y amor a la Patria, y así quedó registrado en la foto". "Esa gorra de soldado me acompañó durante el viaje; con frecuencia pensaba en Usted y en tantos compañeros suyos heridos por haber luchado en favor de su pueblo. No pude desprenderme de ella y la puse (junto a la foto y a la noticia que salió en L'Osservatore Romano), junto a la imagen de la Virgen, sobre el altarcito que tengo en mi estudio y delante del cual rezo con frecuencia. Así, cada vez que rezo allí, lo hago por usted, por sus compañeros caídos y heridos, y por Colombia".
En las últimas líneas el Pontífice agradece al Infante de Marina por su amor a la Patria, y, pidiéndole además de rezar por él, le imparte su bendición apostólcia y su saludo fraternal.
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