La felicidad verdadera es estar con el Señor y vivir por amor, dijo el Papa el dia de los santos
“La Solemnidad de Todos los Santos es “nuestra” fiesta: no porque nosotros somos buenos, sino porque la santidad de Dios ha tocado nuestra vida. Los santos no son figuritas perfectas, sino personas atravesadas por Dios. Podemos compararlas con los vitrales de las iglesias, que hacen entrar la luz en diversas tonalidades de color”, dijo Francisco el 1 de noviembre de 2017. “Los santos son nuestros hermanos y hermanas que han recibido la luz de Dios en su corazón y la han transmitido al mundo, cada uno según su propia “tonalidad”. Pero todos han sido transparentes, han luchado por quitar las manchas y las oscuridades del pecado, de tal modo de hacer pasar la luz afectuosa de Dios”.
Francisco afirmó que “quien está con Jesús es bienaventurado, es feliz. La felicidad no está en el tener algo o en el convertirse en alguien –dijo-, no, la felicidad verdadera es estar con el Señor y vivir por amor. Y explicó que “los ingredientes para una vida feliz se llaman bienaventuranzas: bienaventurados son los sencillos, los humildes que hacen lugar a Dios, que saben llorar por los demás y por los propios errores, permanecen humildes, lejos de la justicia, son misericordiosos con todos, custodian la pureza del corazón, trabajan siempre por la paz y permanecen en la alegría, no odian e, incluso cuando sufren, responden al mal con el bien.
Estas son las bienaventuranzas. No exigen gestos clamorosos, no son para súper hombres, sino para quien vive las pruebas y las fatigas de cada día. Para nosotros. Así son los santos: respiran como todos el aire contaminado del mal que existe en el mundo, pero en el camino no pierden jamás de vista el recorrido de Jesús, aquel indicado en las bienaventuranzas, que son como un mapa de la vida cristiana”.
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