Papa a los Mercedarios: que este Año Jubilar sea de renovación interior
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
Se dio inicio en la tarde del 17 de diciembre en la Archidiócesis de Santiago de Compostela al Año Jubilar concedido por el Papa Francisco a la Orden de la Merced con motivo del VIII centenario de su Fundación por San Pedro Nolasco. En la ceremonia se dio lectura al mensaje del Papa al Capítulo General de la Orden y S.E. monseñor Barrio procedió a la apertura de la puerta jubilar.
En el mensaje que dirigió al Padre Fray Juan Carlos Saavedra Lucho, Maestro General de la Orden de la Bienaventurada María Virgen de la Merced – con fecha 6 de diciembre de 2017 - el Obispo de Roma expresa la voluntad de unirse en acción de gracias a la orden y a quienes se unen a ella con lazos espirituales, por los dones recibidos. También manifiesta su cercanía espiritual, y los anima para que este año sirva para la renovación interior y para impulsar el carisma recibido.
En el núcleo de su mensaje el Papa realiza una lectura de los tres protagonistas que la Orden ha querido resaltar en preparación al año jubilar, quienes pueden significar según él, “tres momentos de respuesta al amor de Dios”: San Pedro Nolasco, Nuestra Señora de la Merced y Cristo Redentor.
En primer lugar se refiere a San Pedro Nolasco, considerado el fundador de la nueva comunidad y el depositario del carisma entregado por Dios, cuya vocación “está el corazón y el tesoro de la Orden”. El Papa recuerda que “no se puede amar lo que no se conoce”, y los anima a redescubrir “el primer amor de la Orden y de la propia vocación”, para renovarse continuamente.
La Virgen Santa, Nuestra Señora de la Merced, es la segunda protagonista del tríptico. Ella es “maestra de consagración a Dios y al pueblo", y su compromiso “evoca el sacrificio de los antiguos padres redentores, que se quedaban ellos mismos «en rehenes», como prenda de la libertad de los cautivos”. Por ello el Papa ruega que el propósito "de ser completamente suyos" se refleje no sólo en las obras apostólicas de vanguardia, sino en el trabajo cotidiano y humilde de cada religioso, como también en los monasterios contemplativos que, con el silencio orante y en el sacrificio escondido, sostienen maternalmente la vida de la Orden y de la Iglesia.
En Cristo Redentor, ultima el Papa, “damos un salto cualitativo, pues pasamos de los discípulos al Maestro”, y recuerda que estamos llamados a vivir la alegría que brota del encuentro con Jesús, para vencer nuestro egoísmo, salir de nuestra propia comodidad y atrevernos a llegar a toda periferia que necesita la luz del Evangelio.
En el final de su mensaje el Sumo Pontífice asegura a la Orden el camino hermoso que el Señor Jesús mostrará “por donde transitar con un espíritu renovado”, y en donde podrán hacer crecer el don recibido —personal y comunitariamente—, entregándolo y entregándose completamente, como el grano de trigo que si no muere no puede dar fruto (cf. Jn 12,24), pide al Señor “que les dé la fuerza para abandonar lo que les ata y asumir su cruz" e imparte a la Orden y a la entera familia mercedaria su Bendición Apostólica.
El Año Jubilar Mercedario finalizará el 17 de enero de 2019 cuando se cierre la Puerta del Jubileo.
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