Papa: audiencia a yazidíes. Nuevo apremiante llamamiento contra toda persecución religiosa
Cecilia de Malak – Ciudad del Vaticano
En varias ocasiones el Papa ha expresado su cercanía a los yazidíes, como cuando envió a Irak al Card. Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Inhumana barbarie inaceptable
«Queridos hermanos
Los saludo fraternalmente y agradezco por este encuentro, a través del cual abrazo idealmente a todos los miembros de la comunidad yazidí, en particular a cuantos viven en Irak y Siria. Mi pensamiento solidario y orante va a las víctimas inocentes de la insensata e inhumana barbarie.
Toda persona tiene derecho a profesar libremente y sin constricciones su propio credo religioso»
Violaciones de los derechos humanos fundamentales
El Santo Padre señaló con pesar que la historia de los yazidíes, «rica de espiritualidad y cultura, está marcada por indecibles violaciones de los derechos fundamentales de la persona humana: secuestros, esclavitud, torturas, conversiones forzadas, matanzas». Así como la destrucción de santuarios y lugares de culto y el verse obligados a huir de las violencias dejando todo lo que tenían.
Cristianos y minorías perseguidas en el mundo. Acciones de la Santa Sede
La Santa Sede no se cansa de intervenir para denunciar estas situaciones, pidiendo reconocimiento, protección y respeto. Al mismo tiempo, exhorta al diálogo y a la reconciliación para sanar toda herida».
La Comunidad internacional no se quede inerte, pidió el Papa reiterando su llamamiento
Ante la tragedia que se está perpetrando contra la comunidad yazidí, el Santo Padre volvió a dirigir un llamamiento:
ante todo, el derecho a existir como comunidad religiosa: nadie puede atribuirse el poder de eliminar a un grupo religioso porque no forma parte de los denominados ‘tolerados’.
Pienso también en los miembros de vuestra comunidad que están aún en manos de los terroristas: espero vivamente que se haga todo lo posible por salvarlos; así como para encontrar a los dispersos y para dar identidad y digna sepultura a cuantos ha sido asesinados.
La Comunidad internacional no puede permanecer como espectadora muda e inerte ante vuestro drama.
Aliento por lo tanto a las instituciones y a las personas de buena voluntad pertenecientes a otras comunidades a contribuir a la reconstrucción de vuestras casas y lugares de culto. Que no se descuiden esfuerzos concretos para crear las condiciones idóneas al regreso de los prófugos a sus casas y preservar la identidad de la comunidad yazidí.
Que Dios nos ayude a construir juntos un mundo donde se pueda vivir en paz y fraternidad».
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