Papa: católicos y luteranos den testimonio de la presencia del Dios viviente
María Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
Dar testimonio de la presencia del Dios viviente, porque el principal desafío común en el ecumenismo, en las sociedades secularizadas, es reiterar la centralidad de la cuestión de Dios: lo afirmó el Papa Francisco hablando del objetivo del ‘servicio ecuménico’ a la delegación de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia, recibida en audiencia en la mañana del 25 de enero.
Comunión reforzada por la conmemoración de la Reforma
En Pontífice inició su discurso dándoles la bienvenida por la anual peregrinación que realizan a Roma en ocasión de la Fiesta de San Enrique y en coincidencia con la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos y volvió con el pensamiento a la conmemoración de la Reforma del año pasado, “que ha reforzado y profundizado en nuestro Señor Jesucristo, la comunión entre los luteranos, los católicos y sus compañeros ecuménicos en todo el mundo”.
Naturaleza de la Iglesia, cuestión ecuménica prioritaria
Una conmemoración que queda como “fecunda oportunidad para el ecumenismo” – destaca el Papa – punto de partida en la búsqueda ecuménica de la unidad plena y visible entre nosotros y triple señal de gratitud, de arrepentimiento y de la esperanza”, indispensables para sanar la memoria. Y agrega: "No es un caso que nuestros esfuerzos se estén orientando hacia el estudio de una cuestión ecuménica prioritaria sobre la que estamos intencionados a detenernos en el futuro, es decir, la cuestión de la naturaleza de la Iglesia".
En el documento producido recientemente por la Comisión de diálogo luterana-católica de Finlandia titulado: “Comunión en crecimiento. Declaración sobre la Iglesia, la eucaristía y el ministerio” están, en efecto, los temas decisivos sobre que cuales deberá proceder el diálogo ecuménico.
Unidos por un mismo compromiso ecuménico
Francisco afirma que la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que coincide con la peregrinación de la Delegación finlandesa, recuerda la situación de grave necesidad en la que viven tantas personas en el mundo e insta a entrar en campo por ellos, “unidos por un mismo compromiso ecuménico”.
Cristianos instrumentos de paz en medio a pueblos divididos
Finalizando el discurso, el Papa invita a orar “al Señor Jesucristo para que por su gracia nosotros cristianos en todo el mundo podamos ser instrumentos de su paz”, obrando juntos en medio de los pueblos divididos, “como servidores de su amor que cura y reconcilia, santificando y glorificando su nombre”.
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