El cardenal O'Malley reafirma el compromiso del Papa con las víctimas de abuso
El cardenal Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston, ha reiterado el compromiso del Papa Francisco con respecto a las víctimas de abuso sexual por parte de miembros del clero en una nota publicada este sábado, 20 de enero, en el sitio web “Boston Catholic”.
En la declaración, el purpurado confirma que “el Papa Francisco reconoce los errores enormes de la Iglesia y de sus miembros que han abusado de niños”.
A continuación, el texto completo de la nota del Cardenal O’Malley:
“Es comprensible que las afirmaciones que el Papa Francisco ha hecho ayer en Santiago, en Chile, hayan sido fuente de gran dolor para las personas que han sufrido abusos sexuales por parte de elementos del clero o de cualquier otro culpable. Expresiones que llevan el mensaje según el cual ‘si no puedes demostrar tus acusaciones, no puedes ser creído’, hacen sentir abandonadas a las personas que han sufrido reprobables violaciones criminales de su dignidad, y relegan a las víctimas en un exilio de descrédito”.
No habiendo estado personalmente involucrado en las situaciones que fueron objeto de la entrevista de ayer, no sé decir por cual razón el Santo Padre haya elegido los términos específicos que ha usado en aquella ocasión. Pero lo que sé es que el Papa Francisco reconoce plenamente los enormes errores de la Iglesia y de su clero que ha abusado de niños, y el devastador impacto que estos crímenes han tenido en las víctimas y en sus familiares”.
He acompañado al Santo Padre en muchos de sus encuentros con las víctimas y he podido constatar su dolor en el tomar consciencia de la profundidad y de la amplitud de las heridas causadas a quien había sufrido abusos, y en el constatar que el proceso de curación puede necesitar una vida entera. Las afirmaciones del Papa son que no hay lugar en la Iglesia para quien abusa de los niños y que tenemos que adoptar la ‘tolerancia cero’, porque estos crímenes son reales y su compromiso es combatirlos.
Mis oraciones y mi pena estarán siempre con las víctimas y con sus familiares. No podremos jamás anular los sufrimientos que han vivido, ni curar plenamente su dolor. En algunos casos, debemos aceptar que incluso nuestro esfuerzo de ofrecer asistencia sea motivo de angustia para las víctimas, y que tenemos que rezar por ellos en silencio, mientras les ofrecemos nuestro sostén como respuesta de nuestro deber moral. Permanezco dedicado al trabajo por la curación de todos aquellos que han sido tan gravemente heridos y vigilando para que se haga todo lo que sea posible para asegurar la tutela de los niños en la comunidad de la Iglesia, de manera que estos crímenes no sucedan nunca más”.
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