El Papa en la parroquia de Tor de Schiavi: “Permanezcan en el amor”
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“El Señor nos ama siempre primero, y una muestra de su amor es habernos donado a su Hijo Jesucristo”, lo dijo el Papa Francisco en su homilía en la Misa celebrada en la parroquia del “Santísimo Sacramento” de Tor de Schiavi, barrio ubicado en la periferia de Roma, en el marco de su visita pastoral este domingo 6 de mayo.
Permanecer en el amor de Dios
En su homilía, el Santo Padre comentando el Evangelio del VI Domingo de Pascua, exhortó a permanecer en el amor de Dios y no ir fuera de este amor. Y ¿qué significa permanecer en el amor de Dios?, se preguntó el Pontífice: “es hacer lo que Jesús ha hecho por nosotros. Él ha dado su vida – precisó – Él se hizo siervo de nosotros, ha venido a servirnos. Permanecer en su amor significa – agregó el Papa – servir a los demás, estar al servicio de los demás por amor”.
El amor es concreto
Y, ¿qué cosa es el amor?, insistió el Papa Francisco a los fieles de esta parroquia romana. “El amor no es lo que vemos en las películas. El amor es otra cosa – dijo el Pontífice – el amor es hacerse cargo de los demás. El amor no es tocar violines, de modo romántico. No. El amor es trabajo”. El amor, agregó el Santo Padre es concreto, se ve en las obras y no en las palabras y cada uno debe pensar en cómo es su amor hacia los demás.
Comentando la segunda lectura che la liturgia presenta este domingo, el Papa Francisco señaló que, el amor de Dios se ha manifestado a nosotros enviándonos a su Hijo. En esto está el amor de Dios.
El Papa confirmó a una niña enferma
Después de su homilía, el Obispo de Roma administró el sacramento de la confirmación a la niña de doce años, Maya, quien sufre de una enfermedad mitocondrial, y a su mamá Paola Desideri. Fue un momento muy intenso y esperado por toda la comunidad parroquial. El silencioso camino de fe de Maya y Paola fue considerado como una respuesta valerosa a la sociedad del descarte que golpea a los más débiles.
Al final de la Misa, el Papa Francisco en el atrio de la iglesia impartió la bendición a cuantos no lograron ingresar dentro de la parroquia y renovó la invitación a rezar por él y a “permanecer en el amor de Dios”.
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