Investigación federal abusos en Pensilvania: plena colaboración de las diócesis
Ciudad del Vaticano
Las Diócesis de Pensilvania dan su plena colaboración a una investigación abierta por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos sobre los abusos sexuales cometidos por el clero en este Estado americano. La Iniciativa federal sigue a la publicación de un informe, el pasado mes de agosto, que habla de unos 300 sacerdotes que han abusado de por lo menos mil menores en los últimos 70 años.
En varios comunicados y declaraciones, las Diócesis de Pensilvania reiteran su total apoyo a la investigación federal, que concierne en particular la entrega de la documentación relativa a los abusos, así como “han colaborado plenamente con las solicitudes de información relativas al Gran Jurado estatal”. Como subraya la nota de la Diócesis de Allentown, la Iglesia “se considera un socio de las fuerzas del orden en su objetivo de eliminar los abusos a menores, dondequiera ocurran en la sociedad”.
Tras la publicación del informe del Gran Jurado, el presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, el cardenal, Daniel DiNardo, habló del fracaso de la dirección episcopal y de una verdadera "catástrofe moral", reiterando la petición de perdón y el compromiso de seguir el camino de la verdad, de la justicia y de la tolerancia cero hacia toda forma de abuso.
En una declaración emitida por la Oficina de Prensa del Vaticano sobre el caso de Pensilvania, el director Greg Burke declaró que "las víctimas deben saber que el Papa está de su parte. Los que han sufrido son su prioridad, y la Iglesia quiere escucharlos para erradicar este trágico horror que destruye la vida de los inocentes”.
Durante su visita a los Estados Unidos, en septiembre del 2015, encontrando a un grupo de víctimas de abusos precisamente en Filadelfia, Pensilvania, el Papa afirmó: “Les prometo que seguiremos el camino de la verdad, dondequiera pueda llevarnos. El clero y los obispos serán llamados a rendir cuentas si han abusado de niños o no han sido capaces de protegerlos”.
En la carta de febrero 2015 a los Presidentes de las Conferencias Episcopales y a los Superiores de los Institutos de Vida Consagrada sobre la Comisión Pontificia para la protección de los Menores, el Papa Francisco escribe: “Las familias deben saber que la Iglesia no escatima esfuerzos para tutelar a sus hijos y que tienen derecho de dirigirse a ella con plena confianza, porque es una casa segura. Por lo tanto, no se podrá dar prioridad a otro tipo de consideraciones, cualquiera que sea su naturaleza, como por ejemplo el deseo de evitar el escándalo, porque no hay absolutamente lugar en el ministerio para aquellos que abusan de los menores”.
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