El Papa a los Jóvenes de Madagascar: “Mensajeros de paz y de esperanza”
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
A los participantes en la JMJ, el Papa les dijo que los lleva en su corazón y en el del sínodo de los obispos que se está llevando a cabo, porque los obispos del mundo tienen toda su atención en estos días en los jóvenes. Han venido de todas partes de la isla para este encuentro que lleva por tema: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios”.
Estas palabras que el Ángel le dijo a María, se dirigen a ustedes, les dijo el Papa, porque, así como el Señor se fijó en María y le dio el don de su Gracia, Él hoy los ve con amor, respeto y ternura. Porque Dios conoce vuestros miedos, y debilidades, les dijo, pero con Él todo es posible. María depositó su vida en el Señor.
A continuación el texto completo del video Mensaje:
Queridos jóvenes,
Estoy feliz de dirigirme a ustedes, en directo. Ustedes están en mi corazón y en el del Sínodo, porque nuestra atención está dirigida a ustedes, los jóvenes. Han venido de todas partes de vuestra bella isla para este encuentro que lleva por tema: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios”. Esta palabra que el ángel le dijo a María están dirigidas hoy para todos, para cada uno de ustedes. Dios se las dirige. Como el Señor miró a María y le dio el don de su gracia, Él mira a ustedes con amor, respeto y ternura. Él conoce sus miedos, sus debilidades. Con Él todo es posible. María puso todo en Sus manos: hagan como ella, acojan este don de Dios abriendo de par en par vuestro corazón de la mejor manera posible.
La gracia de Dios es un tesoro que podemos olvidar fácilmente, ¡porque el Señor no se impone jamás! Nos dice siempre: “Si tú quieres…. Si tú quieres…” Tomen su tiempo para escuchar Su invitación y ¡responderse cada uno con todo vuestro corazón y vuestra generosidad! ¡Que felicidad responder a la llamada de Jesús! …así tantos sacerdotes, personas consagradas pueden testimoniarlo: Jesús da un sentido a toda nuestra vida. ¡No se queden solos! La Iglesia es una gran familia en donde encontrarán siempre apoyo y consuelo; en vuestras parroquias y en vuestros grupos, a través de la oración, los sacramentos, la amistad, el acompañamiento de los sacerdotes y de otros bautizados.
¡Vayan y anuncien a todos que Jesús nos ama y con que Él desaparece cualquier miedo!
Realicen sus sueños y trabajen juntos para construir vuestro futuro y el de vuestro país, buscando siempre el bien entre ustedes. Los envío, como mensajeros de paz y de esperanza en vuestras ciudades, en vuestras aldeas, allí donde viven y trabajan.
¡Que Dios les bendiga a ustedes y a sus familias! Rezo por ustedes y les pido que oren también por mí y por todos vuestros obispos. Hasta luego.
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