El Papa a los alumnos del Cielo: “Con la música y el canto transmitan la belleza del amor cristiano”
María Cecilia Mutual – Ciudad del Vaticano
Sean "polifónicos" también en la vida cotidiana, entre ustedes y con los demás: fue la exhortación del Papa a los Alumnos del Cielo, a quienes recibió en la mañana de este 10 de noviembre en la Sala Clementina, con ocasión del 50º aniversario de la fundación de su Asociación y del 10º aniversario de la muerte del fundador, el Padre jesuita Giuseppe Arione.
A los 300 integrantes de la Asociación, que forma parte del antiguo y prestigioso Instituto Social" de Turín, con fines educativos, el Pontífice se dirigió palabras de reconocimiento y aliento.
Música, el camino para llegar a todos, incluso a los alejados de la Iglesia
En su discurso, el Santo Padre se refirió a la labor que realizan con la asistencia del Padre Piero Granzino, comprometidos en “testimoniar el Evangelio con música y cantos para llegar al corazón de todos, incluso de los que están lejos de la Iglesia o de la fe”.
Siguiendo las huellas del P. Arione: diálogo y acogida
Francisco recuerda que la misión de los Alumnos del Cielo se realiza siguiendo la estela del carisma y del testimonio del P. Arione quien llevando a cabo las orientaciones del Concilio Vaticano II, para una Iglesia ‘en diálogo’ con el mundo contemporáneo, opuso a la contestación, la actitud de acogida. Un apostolado, que utilizó como lenguaje la música y el canto “capaces de transmitir universalmente la belleza y la fuerza del amor cristiano”.
Evangelizar con el canto
Llegando a la “encrucijada de las calles", el p. Arione fue capaz de llegar hasta lugares inexplorados por la Iglesia, “para encontrarse con los niños y niñas donde se encontraban y se organizaban – recuerda el Papa – y dirigiéndose a todos con “empatía y benevolencia”, propuso un “camino de fe y fraternidad”.
La importancia del cuidado de la vida interior
El Papa alienta entonces a los 300 Alumnos del Cielo, a llevar adelante el carisma de este “generoso jesuita, renovándolo en sus formas, pero conservando su inspiración profética, todavía válida y actual”. E indica que para hacerlo es imprescindible el “cuidado de la propia vida interior, sin dejársela ‘robar’ por el ruido mundano, sino cultivándola a través de la oración personal y comunitaria, la escucha de la Palabra de Dios, la participación asidua en los Sacramentos, especialmente en la Confesión y en la Eucaristía”.
Heraldos del Evangelio
El Obispo de Roma asegura que éste es el camino para que sus voces, “enriquecidas por su testimonio de vida cristiana”, favorezcan en quienes los escuchan el deseo de comunión con Dios, convirtiéndose en “heraldos cada vez más entusiastas del Evangelio”.
Ser polifónicos en la vida cotidiana
Después la referencia al coro, como práctica en donde se puede experimentar la alegría y el encanto de la polifonía, y la exhortación:
Cantar el Evangelio de los pequeños
Recordando el cuidado pastoral del Fundador por los pobres y los circenses, el Papa insta a “seguir acogiendo a estas personas en sus comunidades y familias, escuchándolas, cantando con ellas el Evangelio de los pequeños". Porque “ésta es vuestra manera de ser una Iglesia misionera, capaz de contagiar y atraer a los que esperan, quizás sin saberlo, el encuentro con Jesús”.
La misión evangelizadora
Los Alumnos del Cielo son un grupo de jóvenes que, desde 1968, anuncian el Evangelio con música y canto, con conciertos por toda Italia y Europa. Las recaudaciones de sus conciertos están completamente destinadas a actividades caritativas de las asociaciones y misiones que necesitan el apoyo del grupo.
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