Papa a la Comunidad de Bose: Sigan prestando atención a los últimos, los extranjeros
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
«Sigan prestando atención a los pequeños, a los últimos, a los peregrinos y extranjeros». Así el Papa Francisco alentó en una carta enviada al fundador del Monasterio de Bose, fray Enzo Bianchi, a la comunidad monástica con motivo de su 50 aniversario. Bose es una comunidad de monjes y monjas provenientes de varias iglesias cristianas, que buscan a Dios en la obediencia al Evangelio, en la comunión fraterna y en el celibato. Estando en compañía de los hombres, se pone a su servicio.
Cercanía espiritual del Pontífice a la comunidad Monástica
En la misiva el Pontífice expresó asociarse “espiritualmente” a la acción gracias de la comunidad al Señor “por estos años de presencia fecunda en la Iglesia y en la sociedad, a través de una forma peculiar de vida comunitaria nacida en el surco de las orientaciones del Concilio Vaticano II".
En efecto, la comunidad de Bose nació el 8 de Diciembre de 1965, en el mismo día de la clausura del Concilio Vaticano II, cuando Enzo Bianchi empezó a vivir solo, en una casa alquilada, en la sección del pueblo de Magnano llamada Bose, en el norte de Italia.
Haciendo referencia a la misión de la comunidad que ha "favorecido la renovación de la vida religiosa, interpretada como Evangelio vivido en la gran tradición monástica”, Francisco destacó que la comunidad “se ha distinguido por su esfuerzo en preparar el camino para la unidad de las Iglesias cristianas, convirtiéndose en un lugar de oración, encuentro y diálogo entre los cristianos, en vista de la comunión de fe y de amor por la que oró Jesús”.
En particular, demostró su aprecio por el ministerio de hospitalidad de la comunidad, sin distinciones a los creyentes y no creyentes. De hecho, en el sitio web de presentación de la comunidad de Bose, la propuesta de hospitalidad se dirige al “amigo, huésped o peregrino”, y explica que la comunidad no “pide nada”, pero “invita a dar algunos pasos de disponibilidad”: “mientras estés en Bose, - se pide - abandona tus preocupaciones, transfórmalas en solicitud y persigue la paz. Aquí tienes la oportunidad de hacer una revisión de vida, de conocer la alabanza gratuita a Dios en la oración de la comunidad, de escuchar el Señor que te atrajo a este lugar apartado, este silencioso desierto espiritual, para hablarle a tu corazón, y tienes también la posibilidad de confrontar con otros tu empeño en las iglesias y en el mundo”.
“Los frutos producidos por vuestra obra de fe y amor son tantos – les dice el Papa - y los más, conocidos solo por el Señor”.
"Ancianos de la comunidad alienten a los jóvenes. Jóvenes, cuiden de los ancianos"
En la carta Francisco alienta, frente a los desafíos contemporáneos, “a ser cada vez más testigos de amor evangélico, en primer lugar entre ustedes – les dice- , viviendo la auténtica comunión fraterna que representa el signo, ante la Iglesia y la sociedad, de la vida a la que están llamados”.
A los ancianos de la comunidad les pide que “alienten a los jóvenes” y a los jóvenes que “cuiden de los ancianos, un precioso tesoro de sabiduría y perseverancia”. “Así podrán vivir con grandeza de corazón también con otros, especialmente con los más pobres de esperanza. Sigan prestando atención a los pequeños, a los últimos, a los peregrinos y extranjeros: son los miembros más frágiles del cuerpo de Jesús”, añade.
Por último, el Santo Padre augura que este aniversario sea “un momento de gracia”, un momento “para meditar más intensamente” sobre la llamada y la misión, confiándose al Espíritu Santo para tener firmeza y valor para proseguir confiadamente su camino. “La sobriedad de vuestra vida – concluye - sea brillante testimonio del radicalismo del Evangelio; la vida fraterna en la caridad sea un signo de que son una casa de comunión donde todos pueden ser recibidos como Cristo en persona”.
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