12 de diciembre: Santa Misa en la Festividad de Nuestra Señora de Guadalupe
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
Como informa la Pontificia Comisión para América Latina, CAL, se trata de una fiesta muy querida por el Papa Francisco y especialmente evocadora para los latinoamericanos.
Uno de los próceres de nuestra historia, el sacerdote mexicano José María Morelos y Pavón, escribió lo siguiente: “Espera la América más que en sus propias fuerzas, en el poder de Dios y en la intercesión de su Santísima Madre, que en su portentosa imagen de Guadalupe, aparecida en las montañas del Tepeyac para nuestro consuelo y defensa, visiblemente nos protege”.
Es “el Evangelio encarnado en nuestros pueblos” se lee en el Documento conclusivo de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla de los Angeles (n. 302) –que “los congrega en una originalidad histórico-cultural que llamamos América Latina” y cuya “identidad se simboliza muy luminosamente en el rostro mestizo de María de Guadalupe, que se yergue al inicio de la evangelización”.
El Papa y la Morenita
La Cal, recuerda y tiene aún presente ese intercambio de mirada entre la Morenita y el Papa Francisco, que marcó su viaje apostólico en México: “Ante todo, la Virgen Morenita nos enseña –decía en esa ocasión- que la única fuerza capaz de conquistar el corazón de los hombres es la ternura de Dios”.
Este año, la Santa Misa será presidida por el rezo del Santo Rosario, a partir de las 17.30, que concluirá con el canto del himno de la ya próxima Jornada Mundial de los Jóvenes en Panamá. La celebración será acompañada por los cánticos en los que se alternarán el Coro de la Capilla Sixtina y el Coro del Pontifico Colegio Pío Latino Americano.
La Virgen de Guadalupe Madre de todos
La Virgen de Guadalupe es Madre de nuestros pueblos, afirma la Cal, y también Emperatriz de todo el continente y Patrona de Filipinas, y su devoción tiene actualmente una gran difusión universal.
“Será un precioso acontecimiento para poner en el corazón de la Madre los mejores anhelos de solidaridad y fraternidad, de paz, justicia y felicidad en la vida de nuestros pueblos y naciones, afirma la Comisión Pontificia, así como para encomendarle las intenciones de nuestro querido Santo Padre.
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