Papa, Ángelus: acojamos al Señor en el barco de nuestras vidas
María Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
Como Pedro, respondamos al Señor con fe y disponibilidad para colaborar en su misión: fue ésta la invitación del Papa Francisco a la hora del Ángelus dominical del segundo domingo de febrero. Ante los numerosos fieles, romanos y peregrinos reunidos en la plaza de san Pedro, el Pontífice reflexionó sobre el Evangelio de Lucas, que relata la llamada de Jesús a Pedro.
Como Simón dar nuestra respuesta de fe a Jesús
Francisco recuerda que no obstante Simón Pedro había pasado la noche en el mar sin pescar nada, no dudó en echar nuevamente las redes cuando se lo pidió Jesús. Y ésta, explica el Obispo de Roma, “es la respuesta de fe, que también nosotros estamos llamados a dar; es la actitud de disponibilidad que el Señor pide a todos sus discípulos, especialmente a los que tienen tareas de responsabilidad en la Iglesia”.
La obediencia confiada de Pedro produjo un resultado prodigioso – evidencia el Papa, “una pesca milagrosa, signo del poder de la palabra de Jesús” porque, explica, “cuando nos ponemos generosamente a su servicio, Él hace grandes cosas en nosotros”. Y agrega:
Remar mar adentro para ser testigos de bondad y misericordia
El Pontífice afirma que la invitación de Jesús “a entrar mar adentro en la humanidad de nuestro tiempo, a ser testigos de la bondad y de la misericordia, da un nuevo sentido a nuestra existencia, que a menudo corre el riesgo de aplastarse sobre sí misma”. Y, como Simón, también nosotros “podemos quedarnos sorprendidos y titubeantes ante la llamada que nos dirige el divino Maestro, y nos sentimos tentados a rechazarla por nuestra inadecuación”.
Sin miedo, colaborar en la misión del Señor
Jesús animó a Pedro diciéndole: "No tengas miedo; desde ahora serás pescador de hombres", recuerda el Papa, “porque Dios, si confiamos en Él, nos libera de nuestro pecado y nos abre un nuevo horizonte: colaborar en su misión”.
Anunciadores y testigos del Reino
“El mayor milagro que Jesús realizó por Simón y los demás pescadores decepcionados y cansados no es tanto la red llena de peces como el haberles ayudado a no ser víctimas de la decepción y del desaliento ante las derrotas” precisa el Papa.
Francisco concluye pidiéndole a la Virgen Santa que fue modelo de pronta adhesión a la voluntad de Dios, que “nos ayude a sentir la fascinación de la llamada del Señor y nos haga disponibles para colaborar con Él para difundir por todas partes su palabra de salvación”.
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