El Papa dona 100 mil euros a Caritas Hellas para apoyar a los migrantes
Giada Aquilino – Lesbos
“No me acuerdo”. Sheela, una refugiada afgana de 13 años, responde así a quienes le preguntan de qué parte del país asiático procede. La encontramos en Lesbos, en el centro recreativo de Team Humanity, no lejos del hot-spot de Moria, en las afueras de Mytilene, la localidad principal de la isla griega. Hay entre 500 y 800 niños, todo gracias a donaciones privadas, “no de la Unión Europea ni de fondos del gobierno”, dice el responsable, Salam Aldeen, de madre danesa y padre iraquí, que desde el año 2016 ha optado, no sin dificultad, por salvar vidas en el mar y luego dedicarse a los más pequeños.
Ayer el Cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Apostólico, visitó este centro en el ámbito de su misión en Lesbos para llevar la solidaridad del Papa, acompañado por Monseñor Jean-Claude Hollerich, Arzobispo de Luxemburgo y Presidente de la Comisión Episcopal Europea, y por Monseñor Sevastianos Rossolatos, Arzobispo de Atenas.
Cien mil euros y no sólo
El Cardenal trajo a los niños del centro Team Humanity una “caricia” especial del Papa, una contribución para la construcción de un área de juego cubierta. Pero no es el único gesto de cercanía de Francisco a los migrantes de Lesbos, en su mayoría afganos, sino también iraquíes, iraníes, sirios y norafricanos: hay setenta mil en Grecia, catorce mil sólo en las islas y siete mil en Lesbos. Y el Limosnero ha entregado una donación de cien mil euros como contribución del Santo Padre a la preciosa obra de Caritas Hellas en favor de los solicitantes de asilo y refugiados. Donación que recibió María Alverti, Directora de la organización caritativa de la Iglesia local, que participa en la misión.
La prioridad de salvar a las personas
“Hemos sido enviados por el Papa porque Europa ha olvidado un poco que hay tantos campos” en Grecia, subrayó el Cardenal Krajewski en una reunión de la delegación con Andreas Gougoulis, responsable del Gobierno griego del servicio de acogida e identificación de migrantes. El representante de las autoridades de Atenas explicó cómo Grecia está pidiendo a la Unión Europea – en vísperas de las elecciones europeas – un nuevo programa comunitario de recolocación y un sistema europeo de asilo.
“Salvar a la gente que ya está en los campos – reiteró el Limosnero – sigue siendo la prioridad”: Se trata de personas que “esperan el futuro, marcado por la esperanza” – añadió conversando con Vatican News durante su visita al campo de Olive Grove, que se encuentra frente al hot-spot de Moria, un conjunto de tiendas de campaña y campamentos improvisados donde, según dice Mihan, médico afgano de 32 años, todas las enfermedades se tratan con paracetamol, porque de lo contrario no es posible. “Y pensar – añade – que aquí hay casos de sarna”.
Que Europa abra sus puertas
El Santo Padre – explicó el Limosnero Apostólico – frente al deterioro de las condiciones de vida de estos migrantes y a tanto sufrimiento, ha enviado su apoyo a Caritas Hellas, que trabaja en esta zona: cien mil euros para las necesidades básicas pero, sobre todo, Francisco quiere ser un puente hacia una vida mejor para esta gente, la “tierra prometida”. Aquí vemos a muchos niños, a muchas mujeres embarazadas, que llevan meses esperando que Europa abra sus puertas, porque aquí para ellos no hay ninguna esperanza. El Pontífice – concluyó recordando la visita del Papa a Lesbos del año 2016 – se fue de aquí hace tres años, pero se quedó, nunca salió de estos campos de refugiados”.
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