El Papa: nunca dejen que el pasado determine sus vidas
Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano
Una agenda llena la del Papa Francisco en el sábado 28 de setiembre en el Vaticano. Entre las citas del día, el encuentro con los chicos y jóvenes del Centro Social «Padre David de Oliveira Martins» de Braga, Portugal.
La revolución de la ternura, un regalo de Dios
En el saludo afectuoso que el Papa les dirigió al recibirlos en la pequeña aula del Aula Pablo VI, agradeció ante todo la presentación del Centro Social de Ruuílhe el cual el pontífice llamó un “hermoso don de Dios”:
“El mismo – dijo – es sobre todo el fruto de la oferta de la gente humilde y generosa en respuesta al llamado del Padre David de Oliveira Martins No pedía para sí mismo, sino para sus hermanos, que tendían los brazos en busca de ayuda. Dios le dio la gracia de tocar el corazón de los pobres y humildes, desencadenando por doquier la revolución de la ternura, bajo la bandera de los ‘Niños del Padre David’. Desde Roma, va mi abrazo a las personas asistidas y a los asistentes de la Institución en sus diversas valencias al servicio de los niños, de los jóvenes, de los pobres y de los ancianos. Como embajadores del amor que tienen a la Iglesia y que nutrenpor mí, han enviado a los más pequeños. ¡Gracias, Padre Manuel Joaquim!”
«¡Ustedes son de Cristo!»
El Pontífice les indicó que el camino que están realizando los lleva a “mirar juntos” hacia el futuro, “no solos”, dado que - les recordó citando a san Pablo- “el presente o el futuro es todo de ustedes”, “pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios”.
“¡Ustedes son de Cristo! Este es el sentido profundo de vuestra historia hasta el día de hoy, pero es sobre todo la clave para afrontar el futuro. Sean siempre de Cristo en la oración, al cuidado de sus hermanos y hermanas más pequeños. No tengan miedo de participar en la revolución a la que Él los llama: la revolución de la ternura. Cristo camina con ustedes y los guía”.
Nunca dejen que el pasado determine sus vidas
Antes de saludarlos de una manera más personal, el Santo Padre aseguró a todos y a cada uno su “afectuosa solidaridad”:
“Nunca dejen que el pasado determine sus vidas – les animó. Siempre miren hacia adelante. Trabajen y luchen para lograr las cosas que quieren. Y que ninguno de ustedes se sienta nunca solo; en verdad, corresponde a cada hombre, creado a imagen de Cristo, hacerse cercano a su prójimo. Que Dios les conceda ser portadores de su misericordia, ternura y amor los unos por los otros. Y que bendiga al Centro Social Padre David, con todos los que lo albergan y con todos los que lo administran, energizan y apoyan. Yo rezo por ustedes, ustedes recen por mí. ¡Gracias!”, concluyó.
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