Papa a los jóvenes de Scholas: "Atentos a cada pequeño fin de lo cotidiano"
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
"Si la muerte no tiene la última palabra, es porque en vida aprendimos a morir por otro": lo dijo el Papa al IV Encuentro Internacional de Jóvenes organizado por World Ort y Scholas Occurrentes en Ciudad de México, que ve reunidos a jóvenes de tantas naciones del mundo con el objetivo de trabajar juntos para plasmar – a partir de sus distintas realidades socioeconómicas – una agenda mundial desde su propia perspectiva que darán a conocer hoy a las máximas autoridades del Gobierno de México, y que luego acercarán a sus propios presidentes y gobiernos.
Pensar bien en el final
En la conclusión del encuentro el Romano Pontífice se hizo presente con un video mensaje en el que celebró el “final” del encuentro:
“¿Qué sería de este encuentro si no tuviera un final? Quizás no sería un encuentro. ¿Y qué sería de esta vida sino tuviera también su final?”, planteó el Papa, invitando a “pensar bien en ello”.
Sé de buena fuente que mantuvieron encendida, durante toda la experiencia, la pregunta por la muerte. Allí jugaron, pensaron y crearon desde sus diferencias.
Mantener abierta la pregunta por la vida
El Santo Padre agradeció y celebró el mantener encendida la pregunta por la muerte porque, dijo, “es la pregunta por la vida” y “mantener abierta la pregunta por la muerte, quizás, es la mayor responsabilidad humana para mantener abierta la pregunta por la vida”.
Así como las palabras nacen del silencio y allí terminan, permitiéndonos escuchar sus significados, lo mismo sucede con la vida. Quizás esto suene un tanto paradójico, pero... ¡es la muerte la que permite que la vida permanezca viva!
Prestar atención a cada pequeño fin de lo cotidiano
El Papa sugirió “prestar atención a cada pequeño fin de lo cotidiano”, porque “solo una vida consciente de este instante se acaba, logra que este instante sea eterno”.
La muerte es una bofetada a nuestra ilusión de omnipotencia
Además el Santo Padre señaló que la muerte “nos recuerda la imposibilidad de ser, comprender y abarcarlo todo”:
Es una bofetada a nuestra ilusión de omnipotencia. Nos enseña en la vida a relacionarnos con el misterio. La confianza de saltar al vacío y darnos cuenta de que no caemos, que no nos hundimos; que desde siempre y para siempre hay alguien allí que nos sostiene. Antes y después del fin.
El “no saber” nos abre a la escucha y al encuentro
El “no saber”, añadió el Papa, es “el lugar de la fragilidad que nos abre a la escucha y el encuentro del otro: Francisco recordó que entorno a la pregunta por la muerte “se formaron desde siempre las diferentes comunidades, pueblos y culturas”. Y hoy, que el mundo ya está configurado, donde todo está explicado, dijo, “no hay lugar a la pregunta abierta”.
En un mundo que le rinde culto a la autonomía, la autosuficiencia y la auto-realización, parece que no hay lugar para lo otro. El mundo de los proyectos y la aceleración infinita, de la rapidación, no permite interrupciones, y por eso, la cultura mundana que esclaviza trata de anestesiarnos para olvidar lo que significa detenernos al fin.
Una cultura que olvida la muerte comienza a morir por dentro
Con esta afirmación, el Papa quiso agradecer a los jóvenes por haber tenido el coraje de “abrir esta pregunta y pasar por el cuerpo las tres muertes que, vaciándonos, llenan la vida”:
La muerte de cada instante. La muerte del ego. Y la muerte de un mundo que da paso a otro nuevo.
Concluyendo su mensaje para los jóvenes del mundo reunidos en México, el Papa puso ímpetu al afirmar que “el que olvida la muerte ya empezó a morir”. Por eso pidió a los jóvenes recordar que “si la muerte no tiene la última palabra, es porque en vida aprendimos a morir por otro”. Y finalizó pidiéndoles que “cada cual a su manera y acorde a sus convicciones”, no se olvide de rezar por él.
El Encuentro Internacional de Jóvenes se celebró en los años anteriores en el Vaticano (2016), en Jerusalén (2017) y en Argentina (2018). El evento está organizado conjuntamente por Scholas Occurrentes y World ORT, una organización no gubernamental judía que se ocupa de educación y formación profesional.
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