El Papa a Congreso Música: intérprete y artista expresan el Inefable
Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco dio la bienvenida a los participantes, así como expresó sus agradecimientos “al Pontificio Consejo para la Cultura la organización que, en colaboración con el Pontificio Instituto de Música Sacra y el Instituto Litúrgico del Pontificio Ateneo de Sant'Anselmo, ha hecho posible esta edición”. También agradeció la presentación del cardenal Ravasi.
“Espero que el trabajo realizado en estos días sea para todos, fermento del Evangelio, de la vida litúrgica y del servicio a la cultura y a la Iglesia”, subrayó el Papa.
Compositor e intérprete
El Papa resaltó el papel tanto del compositor como del intérprete, de quien dijo: “El intérprete, especialmente en el campo de la música, es el que traduce con su propio espíritu lo que el compositor ha escrito, para que resuene bello y perfecto artísticamente. Después de todo, la obra musical existe mientras se interpreta y, por lo tanto, mientras haya un intérprete”.
Humildad del intérprete frente a la obra de arte
Francisco subrayó que “El buen intérprete está animado por una gran humildad frente a la obra de arte que no le pertenece. Sabiendo que es, en su campo, un servidor de la comunidad, intenta siempre formarse y transformarse interna y técnicamente, para poder ofrecer la belleza de la música y, en el ámbito litúrgico, llevar a cabo su servicio en la interpretación musical (cf. Sacrosanctum Concilium, 115). El intérprete está llamado a desarrollar su propia sensibilidad y genio, siempre al servicio del arte, que restaura el espíritu humano, y al servicio de la comunidad, especialmente si desempeña un ministerio litúrgico”.
Relación intérprete y estudioso de la Biblia
El Obispo de Roma llamó la atención sobre el hecho de que “El intérprete musical tiene mucho en común con el estudioso de la Biblia, con el lector de la Palabra de Dios; en un sentido más amplio con aquellos que buscan interpretar los signos de los tiempos; y más generalmente con aquellos -debemos serlo todos- que se acogen y escuchan unos a otros para un diálogo sincero. Cada cristiano es de hecho un intérprete de la voluntad de Dios en su propia existencia, y con ella canta con alegría a Dios un himno de alabanza y acción de gracias. Con este canto la Iglesia interpreta el Evangelio en los surcos de la historia. La Virgen María lo hizo de manera ejemplar en su Magnificat; y los santos han interpretado la voluntad de Dios en sus vidas y en sus misiones”.
El intérprete como el artista, expresa el Inefable
Para el Papa Francisco, “el intérprete, como el artista, expresa el Inefable, utiliza palabras y materia que van más allá de los conceptos, para hacer comprender ese tipo de sacramentalidad propia de la representación estética”.
Finalizó su discurso afirmando: “El artista, el intérprete y, en el caso de la música, el oyente, tienen el mismo deseo: comprender lo que la belleza, la música y el arte nos permiten conocer sobre la realidad de Dios. Y quizás nunca antes los hombres y las mujeres lo han necesitado tanto como en nuestro tiempo. Interpretar esta realidad es esencial para el mundo de hoy”.
Se despidió de la concurrencia con estas palabras: “Les deseo, cada uno en su camino, que sean cada día mejores intérpretes del Evangelio, de la belleza que el Padre nos ha revelado en Jesucristo, en la alabanza que expresa su filiación hacia Dios. Los bendigo, y les pido por favor que oren por mí”.
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