La ayuda del Papa a la población albanesa tras el terremoto
Ciudad del Vaticano
La noche del pasado 25 de noviembre, un gran terremoto sacudió la costa norte de Albania, en la zona de la ciudad de Durrës. Hasta la fecha, se cuentan decenas de víctimas y al menos seiscientos heridos, pero todavía hay muchas personas bajo los escombros. El seísmo, que se ha sentido en otras zonas de Albania y en la costa adriática, ha causado enormes daños: edificios derrumbados y cientos de personas sin hogar. A través del Departamento del Servicio Integral de Desarrollo Humano, el Papa Francisco ha decidido enviar una primera contribución de 100.000 euros para ayudar a la población afectada.
El Santo Padre con este gesto ha querido expresar su cercanía espiritual y su ayuda paterna tanto a las personas como a los territorios afectados. La suma será utilizada en las diócesis tocadas por el terremoto para trabajos de ayuda y asistencia, de acuerdo con la Nunciatura Apostólica en Albania.
El Papa mostró su cercanía al pueblo albanés en la Audiencia General de ayer
La cercanía y apoyo del Papa ya se pudo observar ayer, cuando durante su Audiencia General dijo: "Quisiera enviar un saludo y mi cercanía al querido pueblo albanés, que tanto ha sufrido estos días. Albania fue el primer país de Europa que quise visitar. Estoy cerca de las víctimas, rezo por los muertos, por los heridos, por las familias. Que el Señor bendiga a este pueblo al que tanto amo".
El compromiso de la Iglesia Católica de apoyar a las víctimas del terremoto
La contribución de este Dicasterio, que acompaña la oración del Santo Padre por el pueblo albanés, forma parte de las ayudas que se están activando en toda la Iglesia católica y en las que participan, además de varias conferencias episcopales, a numerosas organizaciones caritativas.
Todas la parroquias de Albania comprometidas en socorrer
El presidente de Caritas Albania, Angelo Massafra, explica ante nuestros micrófonos que "muchas parroquias se están volviendo útiles para ayudar y muchas religiosas están trayendo necesidades básicas y consuelo a los campamentos para personas desplazadas". También pone a disposición la "Aldea por la paz" donde ahora residen los migrantes. Para Monseñor Massafra, el terremoto es como “un cuchillo” que se desliza dentro de la herida: "Es un desastre que agravará las condiciones ya precarias de Albania, tanto desde el punto de vista social como político".
Además, explica que toda la Iglesia albanesa se está movilizando para ayudar y que cada iglesia se compromete a ser útil: "Ya se han creado varios campamentos de refugiados, el principal en la ciudad de Durres. Estoy muy impresionado por tanta generosidad y estoy agradecido con cada uno de los rescatadores: debemos remangarnos y trabajar para levantar a Albania y hacerla más bella”.
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