El paradigma de la Paz delineado por el Papa Francisco
Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano
Corazones irrigados de fraternidad, vidas liberadas de la esclavitud, miradas capaces de superar la indiferencia, semillas de no violencia para promover la paz. Pero también manos extendidas hacia los migrantes y refugiados, pasos inspirados en la buena política y en caminos de diálogo y reconciliación. Es una mirada hacia estos horizontes llenos de esperanza lo que ilumina los mensajes del Papa para la Jornada Mundial de la Paz. Aunque entrelazada con la realidad de una sociedad deformada por varios vicios, es una mirada siempre ligada a la esperanza cristiana, al rostro de Jesús. De las enseñanzas y exhortaciones del Papa Francisco por la paz, emerge también el claro perfil de un denso Magisterio.
2014: la fraternidad es el fundamento de la paz
El primer mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, en 2014, se abre con el deseo dirigido "a todos, personas y pueblos", de una existencia "llena de alegría y esperanza". El pilar del documento es la fraternidad, que Francisco delinea desde una premisa: la fraternidad, que se empieza a aprender en la familia, es "el fundamento y el camino de la paz". No sólo las personas, sino también las naciones -explica Francisco recordando la encíclica "Populorum Progressio" de Pablo VI- deben encontrarse "en espíritu de fraternidad". Refiriéndose al Magisterio de Juan Pablo II, el Pontífice subraya que la paz es "un bien indivisible": "es de todos o de nadie".
“La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor”. (Papa Francisco, mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2014)
En la familia de Dios, donde todos son hijos del mismo Padre, no hay "vidas descartables": la fraternidad, explica el Papa, es también una "premisa para vencer la pobreza". Pero necesitamos "políticas eficaces que promuevan el principio de la fraternidad, asegurando que las personas tengan acceso a los capitales, a los servicios, a los recursos educativos, sanitarios y tecnológicos". Francisco también nos insta a redescubrir la fraternidad en la economía, a repensar los "modelos de desarrollo" y a cambiar los "estilos de vida". Con la fraternidad, continúa el Pontífice, la guerra se "extingue" si cada uno reconoce en el otro "un hermano del que preocuparse". Finalmente, la fraternidad, observa el Papa en el mensaje de 2014, también ayuda a "preservar y a cultivar la naturaleza".
2015: ya no son esclavos sino hermanos
En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2015, el Papa Francisco se detiene en las profundas heridas que desgarran la fraternidad y la vida de comunión. Entre ellos, un "fenómeno abominable" es el "flagelo de la explotación del hombre por parte del hombre". Aún hoy, el Santo Padre recuerda que "millones de personas están privadas de su libertad y obligadas a vivir en condiciones similares a las de la esclavitud". El pensamiento del Papa se dirige en particular a los numerosos trabajadores y trabajadoras, incluso menores de edad, "oprimidos en diversos sectores", a los numerosos migrantes privados de libertad "en su dramático viaje", a las personas "obligadas a ejercer la prostitución".
“Hoy como ayer, en la raíz de la esclavitud se encuentra una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto. Cuando el pecado corrompe el corazón humano, y lo aleja de su Creador y de sus semejantes, éstos ya no se ven como seres de la misma dignidad, como hermanos y hermanas en la humanidad, sino como objetos. (Papa Francisco, mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2015)”
El Papa finalmente exhorta a "globalizar la fraternidad". Y hace un " llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad, sino que tengan el valor de tocar la carne sufriente de Cristo".
2016: Vencer la indiferencia
El mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz de 2016 es una invitación a vencer las diversas expresiones de la indiferencia. "La primera forma de indiferencia en la sociedad humana -explica el Pontífice- es la indiferencia ante Dios". De esto también brota "la indiferencia hacia el prójimo y ante lo creado". "Casi sin darnos cuenta, nos hemos convertido en incapaces de sentir compasión por los otros, por sus dramas; no nos interesa preocuparnos de ellos, como si aquello que les acontece fuera una responsabilidad que nos es ajena, que no nos compete". Y en una sociedad tan desgarrada, en la que la inercia y la despreocupación se extienden, la paz se ve amenazada "por la indiferencia globalizada".
“Cuando afecta al plano institucional, la indiferencia respecto al otro, a su dignidad, a sus derechos fundamentales y a su libertad, unida a una cultura orientada a la ganancia y al hedonismo, favorece, y a veces justifica, actuaciones y políticas que terminan por constituir amenazas a la paz. Dicha actitud de indiferencia puede llegar también a justificar algunas políticas económicas deplorables, premonitoras de injusticias, divisiones y violencias...”. (Papa Francisco, mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2016)
La indiferencia respecto al ambiente natural, señala el Papa, favorece también "la deforestación, la contaminación y las catástrofes naturales que desarraigan comunidades enteras de su ambiente de vida, forzándolas a la precariedad y a la inseguridad" y crea "nuevas pobrezas". Finalmente, Francisco nos insta a pasar de la indiferencia a la misericordia a través de la conversión del corazón y la promoción de una cultura de solidaridad. En el espíritu del Jubileo de la Misericordia, anunciado por el Papa Francisco el 13 de marzo de 2105, cada uno "está llamado a reconocer cómo se manifiesta la indiferencia en su propia vida y a adoptar un compromiso concreto para contribuir a mejorar la realidad donde vive, a partir de su propia familia, de su vecindario o el ambiente de trabajo.
2017: la no violencia como estilo de una política para la paz
El 50º mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2017 se centra en la no violencia. "Que la caridad y la no violencia -escribe Francisco- guíen el modo de tratarnos en las relaciones interpersonales, sociales e internacionales. El mundo está fragmentado, señala el Santo Padre: "hoy, lamentablemente, estamos ante una terrible guerra mundial por partes".
“Esta violencia que se comete «por partes», en modos y niveles diversos, provoca un enorme sufrimiento que conocemos bien: guerras en diferentes países y continentes; terrorismo, criminalidad y ataques armados impredecibles; abusos contra los emigrantes y las víctimas de la trata; devastación del medio ambiente”. (Papa Francisco, mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2017)
La violencia, subraya el Pontífice, "no es la solución para nuestro mundo fragmentado": ser verdaderos discípulos de Jesús "hoy significa también aceptar su propuesta de la no violencia". La no violencia practicada con decisión y coherencia, recuerda Francisco, ha dado resultados impresionantes: "los éxitos alcanzados por Mahatma Gandhi y Khan Abdul Ghaffar Khan en la liberación de la India, y por Martin Luther King Jr. contra la discriminación racial nunca serán olvidados". "Jesús mismo - observa finalmente el Papa - nos ofrece un 'manual' de esta estrategia de construcción de la paz en así llamado Sermón de la Montaña": "las ocho Bienaventuranzas (cf. Mt 5,3-10) trazan el perfil de la persona que podemos definir como bienaventurada, buena y auténtica".
2018: migrantes y refugiados, personas que buscan la paz
En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2018, el Papa Francisco exhorta a abrazar a todos aquellos "que huyen de la guerra y el hambre o que se ven obligados a abandonar su tierra a causa de la discriminación, la persecución, la pobreza y la degradación ambiental". "Ofrecer a los solicitantes de asilo, a los refugiados, a los inmigrantes y a las víctimas de la trata de seres humanos, la posibilidad de encontrar la paz que buscan" - escribe Francisco - "requiere una estrategia que combine cuatro acciones: acoger, proteger, promover e integrar".
“Acoger recuerda la exigencia de ampliar las posibilidades de entrada legal, no expulsar a los desplazados y a los inmigrantes a lugares donde les espera la persecución y la violencia. Proteger» nos recuerda el deber de reconocer y de garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación. Promover» tiene que ver con apoyar el desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados integrar» significa trabajar para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge”. (Papa Francisco mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2018)
Observando a los migrantes y refugiados con una mirada contemplativa alimentada por la fe, señala finalmente el Santo Padre, se descubre que "no llegan con las manos vacías". "traen consigo la riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones, y por supuesto los tesoros de su propia cultura, enriqueciendo así la vida de las naciones que los acogen".
2019: la buena política está al servicio de la paz
El mensaje de la Jornada Mundial de la Paz de 2019 está dedicado al "desafío de una buena política". "La buena política está al servicio de la paz; respeta y promueve los derechos humanos fundamentales, que son igualmente deberes recíprocos, de modo que se cree entre las generaciones presentes y futuras un vínculo de confianza y gratitud". Pero en la política, añade el Papa, no faltan los vicios, "tanto por ineptitud personal como por distorsiones del ambiente y de las instituciones". “Estos vicios, que socavan el ideal de una democracia auténtica, son la vergüenza de la vida pública y ponen en peligro la paz social: la corrupción —en sus múltiples formas de apropiación indebida de bienes públicos o de aprovechamiento de las personas—, la negación del derecho, el incumplimiento de las normas comunitarias, el enriquecimiento ilegal, la justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la “razón de Estado”, la tendencia a perpetuarse en el poder, la xenofobia y el racismo, el rechazo al cuidado de la Tierra, la explotación ilimitada de los recursos naturales por un beneficio inmediato, el desprecio de los que se han visto obligados a ir al exilio. (Papa Francesco, mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de 2019)
“Cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a proteger los intereses de ciertos individuos privilegiados – recuerda el Santo Padre – el futuro está en peligro y los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza. En cambio, cuando la política se traduce, concretamente, en un estímulo de los jóvenes talentos y de las vocaciones que quieren realizarse, “la paz se propaga en las conciencias y sobre los rostros”. “Se llega a una confianza dinámica, que significa ‘yo confío en ti y creo contigo’ en la posibilidad de trabajar juntos por el bien común”. La política –observa finalmente Francisco - favorece la paz si se realiza, por lo tanto, reconociendo los carismas y las capacidades de cada persona.
2020: toda guerra es un fratricidio
En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz en 2020, Francisco señala la paz como "un bien precioso" y una meta hacia la cual tender a pesar de los obstáculos y las pruebas. "La esperanza -escribe el Papa- es la virtud que nos pone en el camino, nos da alas para avanzar, incluso cuando los obstáculos parecen insuperables". "Nuestra comunidad humana -añade- lleva en la memoria y en la carne los signos de las guerras y conflictos que se han producido, con una capacidad destructiva creciente , y que no dejan de afectar especialmente a los más pobres y débiles".
“Abrir y trazar un camino de paz es un desafío muy complejo, en cuanto los intereses que están en juego en las relaciones entre personas, comunidades y naciones son múltiples y contradictorios. En primer lugar, es necesario apelar a la conciencia moral y a la voluntad personal y política. La paz, en efecto, brota de las profundidades del corazón humano y la voluntad política siempre necesita revitalización, para abrir nuevos procesos que reconcilien y unan a las personas y las comunidades”. (Papa Francisco, mensaje para la Joranda Mundial de la Paz de 2020)
El reciente Sínodo sobre la Amazonía, recuerda el Pontífice, nos lleva “a renovar la llamada a una relación pacífica entre las comunidades y la tierra, entre el presente y la memoria, entre las experiencias y las esperanzas”. El Papa exhorta también a ser artesanos de paz: “El mundo – explica el Santo Padre – no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación”. “El camino de la reconciliación – subraya el Pontífice - requiere paciencia y confianza. La paz no se logra si no se la espera".
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