El Papa: relaciones humanas son la mejor medicina contra la discriminación
Ciudad del Vaticano
“Dios viene donde hay hambre y sed de paz, hambre y sed de justicia, libertad y amor”: con esta afirmación el Papa Francisco se dirigió este mediodía a los organizadores y artistas del “Concierto de Navidad en el Vaticano” que tendrá lugar mañana 14 de diciembre. En su discurso, el Pontífice recuerda que el tiempo que precede a la Navidad nos llama a todos a preguntarnos qué esperamos de nuestras vidas, cuál es el gran deseo que tenemos en el corazón, y asegura:
Y ustedes también, con sus canciones, sacan a la luz o hacen resurgir en la mente de tantas personas esta sana "tensión", tan humana. Después de todo, es Dios quien ha puesto este deseo, esta "sed" en nuestros corazones. Y Él viene a encontrarnos en este camino. Ciertamente no en la vana compulsión de tener y figurar, no, allí Dios no viene, y uno no lo encuentra.
Del Pesebre nace la revolución del amor
El Santo Padre se refiere también al Pesebre que vuelve a proponer como “un signo sencillo y admirable del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios”. Es precisamente del Pesebre, al cual este año Francisco dedicó la Carta Admirabile signum, del que “surge claramente el mensaje de que no podemos dejarnos engañar por la riqueza y por tantas propuestas efímeras de felicidad”.
Nacido en el pesebre, Dios mismo inicia la única verdadera revolución que da esperanza y dignidad a los desposeídos, a los marginados: la revolución del amor, la revolución de la ternura. Desde el pesebre, Jesús proclama, con mansa fuerza, la llamada a compartir con los más pequeños como camino hacia un mundo más humano y fraterno, donde nadie sea excluido y marginado.
La fuerza de cada gesto de buena voluntad
“Estamos ante un misterio desconcertante en su humildad”, continúa el Papa, “Dios es imprevisible y continuamente fuera de nuestros esquemas” y esto, asegura, es una “invitación a no enorgullecernos y a saber captar la fuerza franca de cada pequeño gesto de buena voluntad”.
Canales de fraternidad y paz entre los pueblos
El mundo "necesita belleza para no hundirse en la desesperación" – agrega Francisco recordando palabras de San Pablo VI: “es lo que infunde alegría en el corazón de los hombres; es ese fruto precioso que resiste el desgaste del tiempo, que une a las generaciones y las hace comunicar en la admiración":
Por esta razón, todos estamos llamados a construir una "aldea global de la educación", en la que los que viven allí generen una red de relaciones humanas, que son la mejor medicina contra todas las formas de discriminación y aislamiento. En esta aldea, la educación y el arte se encuentran a través de los lenguajes de la música y la poesía, la pintura y la escultura, el teatro y el cine. Todas estas expresiones de la creatividad humana pueden ser "canales" de fraternidad y de paz entre los pueblos de la familia humana, así como de diálogo entre religiones.
Y en este marco, el Obispo de Roma manifiesta su “aprecio a los Salesianos y a Scholas Occurrentes por el empeño con el que llevan adelante sus proyectos en Amazonia con este espíritu de servicio”.
El Concierto en el Aula Pablo VI
El 27° concierto de Navidad en el Vaticano es promovido por la Congregación para la Educación Católica y este año relanza el compromiso del Papa Francisco por la región de Panamazónica, centro del reciente Sínodo de los Obispos. Con el lema "Hagamos red por la Amazonía", el Concierto apoya también dos proyectos de la Fundación Pontificia Scholas Ocurrentes y de las Misiones Don Bosco Valdocco Onlus, por los cuales el Papa expresó su profundo aprecio.
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