El Papa a jóvenes emprendedores: garantizar a todos ganarse la vida dignamente
Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano
Francisco comenzó su alocución subrayando el papel que como jóvenes emprendedores realizan en sus empresas y en la sociedad. También el Papa evidenció las dificultades que cualquier compromiso con la justicia social enfrenta en la actualidad: “Soy consciente de que no es fácil en la vida cotidiana conciliar las exigencias de la fe y de la doctrina social de la Iglesia con las necesidades y los límites impuestos por las leyes del mercado y de la globalización”; al mismo tiempo consideró que estas dificultades son un momento “para un auténtico e insustituible testimonio cristiano”.
Los bienes de la creación y el progreso universal
Citando la Lumen Gentium, 36, el Papa Francisco recuerda a los emprendedores que los bienes creados “puedan ser adelantados [...] en beneficio de todos los hombres sin excepción, y puedan ser distribuidos más convenientemente entre ellos y, según su naturaleza, conducir al progreso universal en la libertad humana y cristiana".
Prosigue el Papa: “nunca ha sido fácil ser cristiano y tener responsabilidades serias. El hecho de alejarse del mundo -en lo que es contrario a Dios y a su voluntad-; el hecho de querer transformar este mundo y salvarlo con Cristo, puede llevar a veces al martirio, como atestiguan San Pedro y San Pablo. Sin embargo, estos gloriosos testigos nos muestran que el mensaje evangélico del que eran portadores, un mensaje aparentemente débil comparado con los poderes mundanos del poder y del dinero, no es una utopía, sino que, con el poder del Espíritu Santo y el apoyo de la fe de los valientes discípulos misioneros, puede llegar a ser una realidad, una realidad siempre inacabada, ciertamente, y a ser renovada”.
Exigencias del compromiso cristiano
El Papa evidencia los posibles conflictos con los que se pueden enfrentar los empresarios cristianos y que a veces pueden llamarlos a silenciar sus convicciones e ideales: supervivencia de las empresas, mantener los puestos de trabajo, aumentar la productividad y conquistar nuevos mercados, uso de la publicidad y por otro lado, la justicia social, “para garantizar a todos la posibilidad de ganarse la vida dignamente. Estoy pensando en las condiciones de trabajo, los salarios, las ofertas de trabajo y su estabilidad, así como en la protección del medio ambiente”.
Criterios de discernimiento
Recordando el magisterio de la Iglesia, el Papa recuerda algunos criterios: primero, “deben asumir su propia responsabilidad, a la luz de la sabiduría cristiana y prestando una atención respetuosa a la doctrina del Magisterio" (GS. 43).
En la Laudato Si, la consideración de que “todo está conectado” es un elemento importante para ver las actividades económicas, con sus consecuencias para las personas y el medio ambiente: “un grito de alarma por el deterioro de nuestra casa común, así como por la multiplicación de la pobreza y la esclavitud que innumerables seres humanos conocen hoy en día”.
En tercer lugar, aunque nuestro aporte parezca modesto y produzca sentimiento de impotencia, es esencial, afirma el Papa, quien prosigue haciendo notar “la importancia de trabajar juntos, de hacer propuestas, de participar en las decisiones políticas”, todo ello porque “es posible actuar para cambiar las cosas de forma concreta”.
Conversión ecológica
“La conversión es un proceso que actúa en profundidad: quizás un proceso lento, aparentemente, sobre todo cuando se trata de convertir mentalidades, pero el único que permite un progreso real, si se implementa con convicción y determinación a través de acciones concretas”, insistió el Papa.
Francisco subraya que "La espiritualidad cristiana propone una forma alternativa de entender la calidad de vida y fomenta un estilo de vida profético y contemplativo, capaz de regocijarse profundamente sin obsesionarse con el consumo" Le invito, ya en su vida personal, a comprometerse en este camino de sencillez y sobriedad; las decisiones que tengan que tomar en vuestro trabajo sólo pueden ser más libres y serenas, y ustedes mismos sacarán más paz y alegría de ellas. Porque "la sencillez nos permite detenernos a degustar las pequeñas cosas, agradecer las posibilidades que la vida nos ofrece sin apegarnos a lo que tenemos o entristecernos con lo que no tenemos" (Laudato si', 222).
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