El Papa a pescadores: no pierdan el valor de la solidaridad y de la ayuda mutua
Manuel Cubías - Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco comenzó su alocución valorando la presencia del obispo y de los sacerdotes que “acompañan espiritualmente” el trabajo de los pescadores y de sus familias. A continuación, evidenció la complejidad de esta actividad y las dificultades con las que a veces se enfrenta: “se sale con buen y mal tiempo para sacar del mar lo necesario para vivir, con tanta pasión, tantos sacrificios y hasta algún peligro. Y sus seres queridos comparten las dificultades y la precariedad que implica este tipo de vida suya”.
Importancia de los pescadores en su territorio
El Papa subrayó la importancia de esta actividad y cómo se enfrenta a la tentación de la seguridad que da estar en tierra, sin embargo, afirmó: “los nacidos en el mar no pueden erradicar el mar de sus corazones. Les exhorto a no perder la esperanza ante los inconvenientes e incertidumbres que desgraciadamente afrontan: ¡no falta el coraje! Al mismo tiempo, es necesario valorar su trabajo, a menudo arriesgado y duro, apoyando sus derechos y sus aspiraciones legítimas”.
Recuperación del ecosistema marino
Uno de los aportes de los pescadores de la región de Las Marcas es la recuperación de los fondos marinos, labor que realizan con el apoyo de otras asociaciones y las autoridades competentes. Sobre esto el Papa afirmó: “La operación "A la Pesca del Plástico", que llevan a cabo de forma voluntaria, es un ejemplo de cómo la sociedad civil local puede y debe contribuir a abordar temas de importancia global, sin quitar nada, al contrario, estimulando la responsabilidad de las instituciones”.
¡No pierdan estos valores!
Francisco puso en evidencia la presencia en el Evangelio de acontecimientos relacionados con la vida y mundo de los pescadores y afirmó: “Los primeros discípulos de Jesús fueron "sus colegas", y los llamó a seguirlo justo cuando estaban echando las redes a la orilla del lago de Galilea. Me gusta pensar que aún hoy, aquellos de ustedes que son cristianos sienten la presencia espiritual del Señor a su lado. Su fe anima valores preciosos: la religiosidad popular que se expresa en la confianza en Dios, en el sentido de la oración y en la educación cristiana de los hijos; la estima de la familia; el sentido de la solidaridad, para que sientan la necesidad de ayudarse mutuamente y de ayudar a los necesitados. ¡No pierdan estos valores!”
El obispo de Roma finalizó sus palabras, diciendo: “Los encomiendo a la protección de la Virgen María, a la que veneran como "Nuestra Señora de la Marina", y de su patrón San Francisco de Paula. Invoco sobre ustedes, sobre sus familias y sobre su trabajo la bendición del Señor. Y les pido, por favor, que recen por mí. ¡Gracias!”
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