Jornada del Migrante 2020: “Como Jesucristo, obligados a huir”
Ciudad del Vaticano
"Como Jesucristo, obligados a huir": es el tema elegido por el Papa Francisco para su Mensaje de la 106ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado a celebrarse el 27 de setiembre de este año. En un comunicado la Oficina de Prensa de la Santa Sede informa que el mensaje estará centrado en el cuidado pastoral de los desplazados internos, que hoy en día suman más de 41 millones en todo el mundo.
La reflexión - se lee en el comunicado - partirá de la experiencia de Jesús desplazado y refugiado junto a sus padres, para reafirmar la importancia de la razón cristológica de la acogida cristiana. El Mensaje se desarrollará en seis subtemas, explicados por seis pares de verbos: conocer para comprender / acercarse para servir / escuchar para reconciliarse / compartir para crecer / involucrar para promover / colaborar para construir.
Para favorecer una preparación adecuada para la celebración de esta jornada, también este año la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral quiere lanzar una campaña de comunicación. Cada mes se propondrán reflexiones y material informativo y multimedia, útiles para profundizar en el tema elegido por el Santo Padre.
El Padre Fabio Baggio, co-secretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, habla sobre el tema:
R. - El Santo Padre eligió este título para el mensaje de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado de este año para expresar su preocupación personal por una categoría de personas en movimiento que a menudo son olvidadas. Se trata de personas desplazadas internamente. Estamos hablando de más de 40 millones de personas, 41 según las últimas cifras. Representan una gran porción de esas personas que hoy en día están moviéndose, sólo que no cruzan fronteras y permanecen dentro de su territorio nacional. Por eso son obviamente responsabilidad de los distintos gobiernos y a menudo permanecen en el anonimato. Dedicarles el Mensaje significa poner de relieve esta situación particular y también dedicar palabras que sean indicaciones y reflexiones para los agentes pastorales para poder trabajar también con estas personas. El icono del que el Santo Padre quiso partir es el del Niño Jesús que, con su familia exiliada, tuvo la experiencia de verse obligado a abandonar su propia tierra a causa de la persecución en ese caso, o por conflictos, o por desastres naturales. Estas son las principales razones, junto con otras, que siempre son reconocidas en todo el mundo y que empujan a estos millones de personas a abandonar su tierra. Y siempre existe el deseo, por supuesto, de volver. A veces esto no es posible. Estos son desafíos que también se lanzan a nuestras comunidades cristianas que se encuentran, por un lado para acoger, por otro para reconstruir una historia juntos. Como también, muchas veces, para acompañar procesos de retorno, cuando sea posible, a los territorios que han sido abandonados a causa de los fenómenos que he mencionado anteriormente.
El Mensaje se desarrolla en seis subtemas. Son pares de verbos ricos en significado. Hoy en día son particularmente importantes dada la situación actual, ¿es así?
R. - Por supuesto. Y recordemos, también en este quinto aniversario de Laudato Si’, que cada uno de estos temas han sido bien explorados por el Santo Padre desde Laudato Si’, reconociendo siempre que sólo con una nueva perspectiva humanista bien fundada en lo que es el proyecto divino de la creación - es decir, lo que es nuestro dicasterio, el desarrollo humano integral que debe ser promovido en un contexto de fe basado en el plan de Dios – de hecho podemos trabajar. Así que, empezando por conocer llegamos a promover, empezando por servir, llegamos a construir juntos. Todos estos pares de verbos se leerán en el Mensaje del Santo Padre que se publicará dentro de unas semanas, en un desarrollo progresivo de actividades muy concretas que nos hacen, por un lado, ser más "persona" según el plan de Dios, y hacer de los demás una "persona" según el plan de Dios.
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