Gratitud del Papa a los voluntarios de las misiones en el Mediterráneo
Ciudad del Vaticano
“Gracias por todo lo que hacen. Me gustaría decirles que estoy a disposición para dar una mano siempre. Cuenten conmigo”, lo escribe el Papa Francisco en una carta dirigida a Luca Casarini, Jefe de la Misión de Mediterranea Saving Humans, la plataforma para el rescate de los migrantes en el Mediterráneo, con la intención de animar a los voluntarios de las misiones humanitarias, después de haber recibido una misiva con las últimas noticias que llegaban desde Libia. El mensaje del Pontífice fue publicado en el diario católico italiano, Avvenire.
El testimonio de los voluntarios de las misiones humanitarias
En la misiva, enviada al Pontífice por Luca Casarini, en nombre de todos los miembros de la organización, expresaba su amargura por todos los obstáculos que se interponen en la ruta de los barcos humanitarios, pero sobre todo por el empeoramiento de las condiciones de miles de personas en los campos de refugiados de Libia y Grecia, donde ahora la amenaza del Coronavirus se cierne sobre ellos. “En estos terribles días – señalaba el Jefe de la misión humanitaria – pienso en lo que hacemos en el mar y en lo que sentimos cuando tenemos el privilegio de poder salvar de la muerte a nuestros hermanos y hermanas migrantes, mientras que el mundo tenía la mirada hacia otro lado”. Con un pensamiento precisamente a la pandemia que "obliga a todos hoy a asumir la lucha por la vida, a pedir ayuda a los demás para salvarse".
La gratitud y el aliento del Papa Francisco
Ante la preocupación y el testimonio de los voluntarios de las misiones humanitarias en el Mediterráneo, el Papa Francisco responde con palabras de afecto y gratitud: “Luca, querido hermano, muchas gracias por tu carta", y por "la piedad humana que tienes ante tantos dolores. Gracias por tu testimonio, que a mí me hace mucho bien". Salvando a los refugiados del inminente ahogamiento, Casarini había confiado al Pontífice que "siempre había tenido la sensación de que nos estábamos salvando nosotros mismos, que eran realmente esos hombres, mujeres y niños indefensos los que nos estaban salvando”. Hoy todo es claro, transparente como el agua de ese mar mediterráneo que queremos imaginar como el "Gran Lago de Tiberíades".
La cruz y el chaleco salvavidas de los migrantes
Recordamos que a principios de diciembre pasado, el Papa Francisco había hecho un gesto inesperado. En la entrada del Palacio Apostólico desde el Patio del Belvedere, había hecho colocar una cruz, hecha con agua de mar, junto a un chaleco salvavidas como símbolo de los muchos muertos anónimos que se ahogaron en el Mediterráneo. La cruz había sido hecha y donada al Pontífice por la propia Mediterránea. El salvavidas fue recuperado en el mar el 3 de julio de 2019 del velero Alex, luego incautado en base a los decretos de seguridad aún vigentes, y finalmente devuelto al final de la investigación al capitán Tommy Stella y a la tripulación de Mediterránea. "Decidí exhibir aquí este chaleco salvavidas, Crucificado en esta cruz, para recordarnos - dijo el Papa Francisco - que debemos mantener los ojos abiertos, los corazones abiertos, para recordar a todos el compromiso esencial de salvar todas las vidas humanas, un deber moral que une a creyentes y no creyentes".
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