Hace 31 años Juan Pablo II visitó la “Ciudad de la Inmaculada”, Gaeta, Italia
Ciudad del Vaticano
“Me alegra recitar esta oración mariana en la querida Archidiócesis de Gaeta, que se gloría de una profunda fe y devoción a María Santísima. Gaeta, en efecto, suele llamarse ‘Ciudad de la Inmaculada’. Ha sido la cuna, podríamos decir, del dogma de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, porque aquí mi venerado predecesor Pío IX se fue confirmando en la definitiva decisión de la proclamación de ese dogma”, con estas palabras pronunciadas por el Papa Juan Pablo II antes de rezar la oración mariana del Ángelus, del 25 de junio de 1989, se cerraba la primera parte de su Visita Pastoral a esta localidad italiana.
Una visita por el 140º Aniversario de Pío IX en Gaeta
El Papa Wojtyla llegó a Gaeta la mañana del domingo 25 de junio de 1989, para saludar a la población en la Plaza XIX Maggio, el posterior traslado en helicóptero al Santuario Civita para recibir a los enfermos y luego el traslado al Estadio Coni de Formia, para recibir a los jóvenes y para el rezo del Ángelus. Aquí terminó la primera parte del día. Por la tarde, luego, el encuentro en Gaeta en la Catedral con los sacerdotes, religiosos, seminaristas y diáconos permanentes; seguido del encuentro con los marinos, en el puerto comercial de Gaeta, y finalmente la solemne celebración de la Misa en el Estadio de Gaeta, con la conclusión de la visita y la acción de gracias. La visita, solicitada por el Arzobispo Vincenzo Farano, fue organizada por la Arquidiócesis de Gaeta para conmemorar el 140º aniversario de la presencia de Pío IX en Gaeta, exiliado de Roma durante los años del Resurgimiento.
Profunda fe y devoción a la Virgen María
Ese día, durante la oración del Ángelus, el Papa Juan Pablo II dijo que, los diversos santuarios dedicados a María, Madre de Jesús, que surgen como ciudadelas en defensa de la fe en estas poblaciones, atestiguan la devoción que existe hacia Ella. “Desde hace siglos, muchedumbres de fieles encuentran consuelo y siempre nuevas inspiraciones de vida cristiana ante la Virgen, figurada en el acto de ofrecer a Cristo al mundo”. La solicitud materna de María por esta vuestra tierra, señalaba el Pontífice, es atestiguada también por los santuarios de la Virgen de la Colina, en Lenola; por la Virgen de la Llanura, en Ausonia; por la Virgen de la Roca, en Fondi: ¡Cuántas personas a lo largo de los siglos han buscado en el recogimiento de estos lugares sagrados el contacto con Dios, aprendiendo al mismo tiempo de María el abandono confiado en la Providencia y la entrega generosa a los hermanos!
Jóvenes busquen el verdadero camino
Asimismo, el Santo Papa Juan Pablo II dijo que, otro motivo de alegría es la presencia de los numerosos jóvenes que han venido para encontrarse conmigo. “En ellos saludo a todos los jóvenes de la archidiócesis, animándolos una vez más a adherirse a Cristo: a buscar en Él el verdadero camino en un mundo que a veces se encuentra buscando caminos no siempre dignos del hombre; a reconocer en Él la fuente de la vida que hoy está amenazada de muchas maneras; a acoger en Él la verdad, término de toda nuestra búsqueda”. Con estas palabras el Pontífice invitaba a los jóvenes a participar en el gran encuentro que se tuvo en Santiago de Compostela el 19 y 20 de agosto de 1989 con motivo de la IV Jornada Mundial de la Juventud.
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