No se confirma la liberación de las escolares en Nigeria
Fausta Speranza - Ciudad del Vaticano
Unos hombres armados las obligaron a abandonar la residencia del colegio femenino en la localidad de Jangebe, en el estado de Zamfara, a primera hora de la mañana. Esta sigue siendo la única certeza por el momento.
El domingo por la tarde, el ansiado anuncio de la liberación, pero luego las autoridades afirman que las niñas aún no están a salvo y el comisario de policía de Zamfara invita a los lugareños a no dar noticias falsas. Ayer por la mañana en el Ángelus, el pensamiento, la oración, el llamamiento del Papa Francisco:
"Queridos hermanos y hermanas, uno mi voz a la de los obispos de Nigeria para condenar el cobarde secuestro de 317 niñas sacadas de su escuela. Recemos por estas chicas para que vuelvan pronto a casa. Apoyo a sus familias y a ellos mismos. Recemos juntos. Recemos a la Virgen para que los proteja".
Después de sus palabras, el Papa rezó un Ave María.
Según los rumores que hablaban de la liberación, los jóvenes se encuentran en el palacio del emir de Anka, a punto de llegar a Gusau, la capital del Estado en el noroeste de Nigeria. La angustia sigue viva y también la consternación ante una especie de ritual dramático: de hecho, los secuestros no son nada nuevo en Nigeria. Tras el caso de las 276 colegialas capturadas en 2014 en el estado de Borno y retenidas durante tres años, en los últimos meses se han producido episodios en el estado de Katsina, en el norte, como en el de Níger, en el oeste.
Sobre el secuestro en Zamfara, un testigo declaró al New York Times que los atacantes atacaron un campamento militar y un puesto de control en las proximidades de la escuela, impidiendo que los soldados intervinieran para detener el secuestro. "Varios grandes grupos de hombres armados, descritos por el gobierno como bandidos, operan en Zamfara", dice el periódico Statnite, "donde se han creado una reputación de secuestradores a cambio de dinero y de la liberación de sus miembros de la cárcel. Condena inmediata del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). La organización pidió la liberación de los estudiantes. Peter Hawkins, representante de Unicef en Nigeria, afirmó en un comunicado que se trata de una grave violación de los derechos de los implicados: en el documento, Unicef también pidió al gobierno nigeriano que tome medidas para garantizar su liberación segura y la de todos los demás estudiantes del país africano.
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