El Papa Francisco se encuentra con el Gran Ayatollah Al-Sistani
Ciudad del vaticano
La importancia de la colaboración y de la amistad entre las comunidades religiosas para que, "cultivando el respeto mutuo y el diálogo, se pueda contribuir al bien de Iraq, de la región y de toda la humanidad", fue uno de los temas destacados por el Papa Francisco en su encuentro privado de esta mañana en Najaf con el Gran Ayatolá Sayyid Ali Al-Husayni Al-Sistani, líder de la comunidad chiíta del país. Antes de reunirse con el Gran Ayatollah, el Papa fue recibido por su hijo Mohammed Rida.
Una oración a Dios, Creador de todo
El encuentro, refiere una nota de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, duró unos cuarenta y cinco minutos, y fue una oportunidad para que el Papa agradeciera al Gran Ayatolá Al-Sistani porque, “junto con la comunidad chiíta, ante la violencia y las grandes dificultades de los últimos años, ha alzado su voz en defensa de los más débiles y perseguidos, afirmando el carácter sagrado de la vida humana y la importancia de la unidad del pueblo iraquí”.
Al despedirse del Gran Ayatolá, el Santo Padre reiteró su oración a Dios, Creador de todo, por un futuro de paz y fraternidad para la querida tierra de Iraq, para Oriente Medio y para el mundo entero.
Al Sistani: el agradecimiento por la visita del Papa
Al final del encuentro, se subrayaron también los temas tratados en una declaración de la oficina del Gran Ayatolá Sayyid Al-Sistani, que hace referencia, entre otras cosas, a la historia de Iraq y al interés de que los ciudadanos cristianos puedan vivir allí como todos los iraquíes en paz y en el respeto de los derechos. Durante el encuentro, - se lee - el diálogo giró en torno a los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad en esta época y al papel de la fe en Dios Todopoderoso y en sus mensajes, y el compromiso con los altos valores morales para superarlos.
En palabras de Al Sistani, temas relacionados con la pobreza, la persecución religiosa e intelectual, la ausencia de justicia social, particularmente en el contexto de las guerras, el bloqueo económico y el desplazamiento de muchos pueblos de la región, especialmente el palestino en los territorios ocupados. Asimismo, se subrayó el papel que deben desempeñar los grandes líderes religiosos y espirituales para frenar estas tragedias, así como el objetivo esperado de instar a las partes interesadas -especialmente a las grandes potencias- a dar prioridad a la razón y la sabiduría y a rechazar el lenguaje de la guerra. Al final, el agradecimiento al Papa por haber querido visitar Najaf junto con los deseos de bien y felicidad.
La acogida en Najaf
El Papa fue recibido en Najaf, en la carretera que va del aeropuerto a la residencia del gran ayatolá -que se encuentra en el interior del santuario dedicado al imán Alí, primo y yerno de Mahoma y lugar sagrado para los chiíes- por algunos jóvenes agitando banderas de Iraq y de la Ciudad del Vaticano. En los carteles de bienvenida a lo largo de la carretera destacaban las palabras "Tú eres parte de nosotros y nosotros somos parte de ti", con los rostros del Papa y de Al-Sistani.
La ciudad de Najaf se encuentra a unos 160 km al sur de Bagdad, a 30 km de la antigua Babilonia y a 400 km. al norte de la ciudad bíblica de Ur. Fue fundada en el año 791 d.C. por el califa Hārūn al-Rashīd, y su desarrollo tuvo lugar principalmente después del siglo X. Es el principal centro religioso chiíta de Iraq y un destino de peregrinación para chiíes de todo el mundo. Además de las mezquitas, los santuarios y las escuelas religiosas, la ciudad santa del chiismo iraquí es conocida por el cementerio de Wadi al-Salam. El Santuario del Imán 'Ali o Mezquita del Imām ʿAlī es considerado por los chiíes como el tercer lugar sagrado del Islam después de La Meca y Medina. La mezquita fue destruida y reconstruida varias veces a lo largo de los siglos; la última reconstrucción, iniciada en 1623, se terminó en 1632.
La reacción: "Un freno a la violencia religiosa"
Entre los comentarios del mundo islámico al evento de Najaf, cabe destacar el relanzado en un tuit por Mohammad Ali Abtahi, estrecho colaborador del ex presidente iraní Jatamí. El encuentro entre Francisco y el ayatolá Al-Sistani, escribe entre otras cosas, "puede frenar la violencia religiosa o al menos crear un confín entre la pacífica autenticidad de las religiones y la violencia religiosa".
Próxima etapa en UR
Al final del encuentro, el Papa voló a Nassiriya, para luego ir a la ciudad de Ur donde tuvo lugar el encuentro interreligioso.
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