Catequesis del Papa: "La oración es la fuerza de la Iglesia y de nuestra fe"
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
El miércoles 14 de abril, el Papa Francisco celebró su Audiencia General en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, sin presencia de fieles a causa de las restricciones de la actual pandemia.
Iglesia "escuela de oración"
En su catequesis pronunciada en italiano, el Santo Padre reflexionó sobre la Iglesia como "escuela de oración", ese don que en la infancia "hemos recibido con sencillez"-dijo Francisco- "nos damos cuenta de que es un patrimonio grande y muy rico, y que la experiencia de la oración merece ser profundizada cada vez más" (cfr ibid., 2688).
En este contexto, el Pontífice recordó que es precisamente en la infancia cuando muchos de los fieles aprenden "a silabear las primeras oraciones" junto con los padres o los abuelos.
El hábito de la fe no es inmediato, crece con nosotros
Por otra parte, el Santo Padre subrayó que el hábito de la fe no es inmediato, sino que se desarrolla con nosotros, "también a través de momentos de crisis y resurrecciones" y en este sentido, la respiración de la fe es la oración:
Asimismo, el Papa hizo hincapié en que todo en la Iglesia nace en la oración, y todo crece gracias a la oración:
"Sin la fe todo cae"
Profundizando sobre las mujeres y los hombres santos de la Iglesia, el Santo Padre reiteró que estas personas, "no tienen una vida más fácil que los otros", es más, "también tienen sus problemas que afrontar y, a menudo, son objeto de oposiciones"; pero su fuerza es la oración, que sacan siempre del “pozo” inagotable de la madre Iglesia.
"Con la oración alimentan la llama de su fe, como se hacía con el aceite de las lámparas. Y así van adelante caminando en la fe y en la esperanza. Los santos, que a menudo a los ojos del mundo cuentan poco, en realidad son los que lo sostienen, no con las armas del dinero y del poder, sino con las armas de la oración", aseveró Francisco, añadiendo, por tanto, que "podemos concluir que la lámpara de la fe estará siempre encendida sobre la tierra mientras esté el aceite de la oración".
"Rezar y educar a rezar es la tarea esencial de la Iglesia", explicó el Papa concluyendo su alocución:
Síntesis de la catequesis del Papa en español
A continuación, compartimos también la síntesis completa de la catequesis pronunciada por el Santo Padre en español:
«Queridos hermanos y hermanas:
En esta catequesis reflexionamos sobre la Iglesia como maestra de oración. Es bueno recordar y agradecer a las personas que, desde que éramos niños, y a lo largo de toda nuestra vida, nos enseñaron a rezar. En los momentos de oración que compartimos tanto en la familia —que es la Iglesia doméstica— como en la comunidad parroquial u otros grupos cristianos, descubrimos que crecemos en la fe a medida que aprendemos a rezar y profundizamos en esta experiencia.
La vida cristiana no está exenta de momentos de crisis y dificultades. Lo vemos en el testimonio de los santos, en las pruebas que tuvieron que afrontar. Pero ellos nos enseñan que el secreto para seguir caminando en la fe es la fuerza de la oración, pues gracias a ella pudieron perseverar y sostener a otros en su peregrinar. Sigamos su ejemplo, y tengamos en cuenta que cuando el Maligno quiere combatir la Iglesia, lo primero que hace es tratar de impedir que recemos, para apagar en nosotros la luz de la fe.
Una de las principales tareas de la Iglesia es rezar y enseñar a rezar a las nuevas generaciones. A lo largo de la historia, siempre han surgido comunidades y grupos dedicados a la oración. Si no rezamos, la fe se apaga, no podemos ver los caminos para evangelizar ni reconocer los rostros de los hermanos y hermanas que nos necesitan. Por eso la Iglesia, que es casa y escuela de comunión, está llamada también a ser casa y escuela de oración.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a Cristo resucitado que nos ayude a mantener encendida la lámpara de la fe, que la renovemos a diario con el aceite de nuestra oración humilde y perseverante, y que nos envíe su Espíritu para poder llevar su Luz a todos. Que Dios los bendiga», concluyó Francisco.
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