El Papa a la CNBB: Ser instrumento de unidad es la misión de la Iglesia en Brasil
Renato Martinez - Ciudad del Vaticano
“Pido al Señor resucitado que esta Asamblea General dé frutos de unidad y reconciliación para todo el pueblo brasileño, y en la Conferencia Episcopal. Unidad que no es uniformidad, pero que es armonía, esa unidad armónica que da solamente el Espíritu Santo”, lo dijo el Papa Francisco en su Mensaje a los participantes en la 58 Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil (CNBB), en programa del 12 al 16 de abril de 2021, que vio reunidos de modo virtual a unos 485 Obispos de una de las Conferencias Episcopales más grandes de la Iglesia.
La pandemia no ha excluido a nadie del sufrimiento
En su Mensaje, al dirigirse a los Obispos de Brasil, el Santo Padre a través de ellos se dirigió a “todos los brasileños, en un momento en que este amado país enfrenta una de las pruebas más difíciles de su historia”. Por ello, en primer lugar, el Pontífice expresó su “cercanía a los cientos de miles de familias que lloran la pérdida de un ser querido. Jóvenes y ancianos, padres y madres, médicos y voluntarios, ministros sagrados, ricos y pobres: la pandemia no ha excluido a nadie en su estela de sufrimiento”. Al recordar a los Obispos que murieron víctimas del Covid, el Papa pidió a Dios que conceda a los fallecidos el descanso eterno y que dé consuelo a los corazones afligidos de los familiares, que muchas veces ni siquiera han podido despedirse de sus seres queridos.
La Conferencia debe ser una como el pueblo que sufre es uno
Haciendo eco de la proclamación de la victoria del Señor Jesús sobre la muerte y el pecado, el Papa Francisco recordó a los Obispos que, el anuncio pascual es un anuncio que renueva la esperanza en nuestros corazones. “Nuestra fe en Cristo resucitado – afirmó el Papa – nos muestra que podemos superar este trágico momento. Nuestra esperanza nos da valor para levantarnos. La caridad nos urge a llorar con los que lloran y a dar una mano, sobre todo a los más necesitados, para que vuelvan a sonreír. Y la caridad nos urge a nosotros como Obispos a despojarnos. No le tengan miedo al despojarse. Cada uno sabe de qué”.
Ser instrumento de unidad es la misión de la Iglesia en Brasil
Asimismo, recordando su Visita a Brasil en el 2013, y la historia de Nuestra Señora de Aparecida, el Santo Padre señaló que esa imagen que fue hallada rota, podría servir como símbolo de la realidad brasileña. Por ello, invitó a los Obispos a ser instrumento de reconciliación, ser instrumento de unidad. Y esta es la misión de la Iglesia en Brasil. Y para ello, es necesario dejar de lado las divisiones, los desacuerdos. Es necesario volver a encontrarnos en lo esencial. Sólo así ustedes, como Pastores del Pueblo de Dios, podrán inspirar no sólo a los fieles católicos, sino también a otros cristianos, y a los demás hombres y mujeres de buena voluntad, en todos los niveles de la sociedad, incluso a nivel institucional y gubernamental, podrán inspirar a trabajar juntos para superar no sólo el coronavirus, sino también otro virus, que desde hace tiempo infecta a la humanidad.
Ser custodios del bien y de la vida de los demás
Antes de concluir su Mensaje, el Papa Francisco les recordó a los Obispos que el desafío de la unidad es grande. Por ello, el Papa pide al Señor resucitado que esta Asamblea General dé frutos de unidad y reconciliación para todo el pueblo brasileño, y en la Conferencia Episcopal. Unidad que no es uniformidad, pero que es armonía, esa unidad armónica que da solamente el Espíritu Santo. E implora a Nossa Senhora Aparecida que ella, como Madre, les alcance a todos sus hijos la gracia de ser custodios del bien y de la vida de los demás, y promotores de fraternidad. A cada uno de los Obispos, a los fieles que les han sido confiados y a todos los habitantes del Brasil, el Santo Padre les imparte de corazón su Bendición Apostólica.
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