El Papa ordena nueve sacerdotes: "Sean servidores de Dios, no empresarios"
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
El 25 de abril, IV Domingo de Pascua y 58° Jornada Mundial de oración por las vocaciones dedicada a San José: el sueño de la vocación; el Papa Francisco presidió la santa Misa en la Basílica de San Pedro a las 9 de la mañana (hora local) en la que ordenó a nueve diáconos formados en los seminarios y colegios de la capital.
En su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre la figura de Jesús como el "Buen Pastor" presentada en el Evangelio dominical según san Juan 10, 11-18: un modelo de pastor que da la vida por sus ovejas y al que estos nuevos sacerdotes están llamados a imitar.
En este contexto, el Papa explicó que si bien el Señor Jesús es el único Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento, "en Él también todo el pueblo santo de Dios ha sido constituido como pueblo sacerdotal".
Asimismo, Francisco recordó que de entre todos sus discípulos "el Señor Jesús quiso elegir a algunos en particular, para que, ejerciendo públicamente en la Iglesia, en su nombre, el oficio sacerdotal en beneficio de todos los hombres, continuarán su misión personal de maestro, sacerdote y pastor".
Sigan el camino de las "cuatro cercanías"
Dirigiéndose a estos "hombres elegidos por Dios" para servir a su Iglesia, el Pontífice los exhortó a conducir su vocación sacerdotal por "el bello camino de las cuatro cercanías: cercanía con Dios, con el obispo, con los demás sacerdotes y con el Pueblo de Dios".
«Porque el estilo de cercanía -afirmó el Sucesor de Pedro- es el estilo de Dios: un estilo de compasión y ternura. No cierren el corazón a los problemas (y verán muchos). Acompañen a la gente en sus problemas. Practiquen la compasión que los llevará al perdón y a la misericordia. Sean misericordiosos, sean "perdonadores" porque Dios no se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Deseo que sigan este estilo, que es el estilo de Dios».
"Aléjense del dinero, del orgullo y la vanidad"
Por otra parte, el Santo Padre puso en guardia a los diáconos a punto de ser promovidos al orden del presbiterio, sobre la importancia de alejarse del dinero, del orgullo y de la vanidad:
"El diablo entra por los bolsillos. Piensen en esto. Sean pobres como pobre es el santo Pueblo de Dios. No sean trepadores siguiendo la carrera eclesiástica, porque entonces se convertirán en empresarios y funcionarios, que pierden esa pobreza que los asemeja a Cristo pobre, al Crucificado. No sean sacerdotes empresarios sino servidores. Aléjense del dinero", puntualizó el Obispo de Roma.
Finalmente, el Papa pidió a los ordenandos recordar la belleza del camino de las cuatro cercanías porque Jesús consuela a los pastores:
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