El Papa recuerda a Gregorio Pedro XX: "Con él estuve cerca del pueblo armenio"
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
Esta mañana tuvo lugar el solemne funeral del jefe de la Iglesia católica armenia, el patriarca Gregorio Pedro XX Ghabroyan, fallecido en Beirut el pasado martes a la edad de 86 años. Llevaba unos meses enfermo. En representación del Papa, participó en el funeral el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, quien leyó el mensaje de Francisco dirigido a monseñor Boutros Marayati, ahora administrador de la Iglesia Patriarcal de Cilicia de los Armenios.
La ceremonia, que se celebró en la catedral católica armenia de San Elías y San Gregorio el Iluminador ubicada en la capital libanesa, fue presidida por monseñor Marayati, mientras que la homilía corrió a cargo de monseñor Kevork Assadourian, obispo auxiliar de Beirut del Patriarcado Católico Armenio, colaborador desde hace mucho tiempo de Gregorio Pedro XX.
La "bendición especial"
En su mensaje, el Papa recuerda algunos momentos compartidos con "su querido hermano en Cristo", el Patriarca de Cilicia de los Armenios, empezando por su elección en el verano de 2015, "antes de aceptar quiso pedirme una bendición especial, para poder gobernar la Iglesia Patriarcal a pesar de su ya avanzada edad", escribe el Santo Padre. "El 7 de septiembre de 2015 concelebramos la Eucaristía en Roma, en la que le fue concedida la Ecclesiastica Communio: sostuvimos juntos en alto el Cuerpo y la Sangre de Cristo, signo visible de que el fundamento de todo servicio en la Iglesia es la adhesión y la conformación a Cristo, Crucificado y Resucitado.
En 2016 estuvo conmigo durante el Viaje Apostólico a Armenia, en particular cuando visité la Catedral del Ordinariato para los Fieles Católicos Armenios de Europa del Este, en Gyumri, y junto a mis hermanos Obispos del Sínodo de la Iglesia Patriarcal. En 2018, con motivo de la inauguración de la estatua de San Gregorio de Narek, en los Jardines Vaticanos".
La adhesión del Patriarca a la llamada de Dios para seguirle
La cercanía con el patriarca -continúa explicando Francisco- fue también una oportunidad de acercamiento al pueblo armenio, "que tanto ha sufrido a lo largo de la historia, pero que siempre ha permanecido fiel a su profesión de fe en Cristo Salvador." A continuación, el Papa recuerda las diversas iniciativas de solidaridad apoyadas por Gregorio Pedro XX "en favor de las poblaciones más probadas, especialmente en Siria y Líbano" y su compromiso con "la apertura del proceso de beatificación y canonización de su iluminado predecesor, el siervo de Dios cardenal Gregorio Pedro XV Agagianian." Últimamente -escribe el Pontífice- constatando la pérdida de sus fuerzas físicas, "con un sentido de responsabilidad se preguntó con gran conciencia si todavía era capaz de dirigir la Iglesia armenia como Patriarca: el Señor le respondió, pronunciando por última vez la llamada a seguirle".
Francisco concluyó su mensaje encomendando el alma del difunto a la misericordia de Dios con la certeza de que será acompañada al Cielo por "las oraciones de intercesión de la Santísima Madre de Dios María, San Gregorio el Iluminador y San Gregorio de Narek, junto con todos los mártires y santos armenios".
Cardenal Sandri: "En él espíritu de paternidad y aguda inteligencia"
Tras la lectura del mensaje del Papa, el nuncio apostólico en el Líbano, monseñor Joseph Spiteri, leyó el mensaje de condolencia del cardenal Leonardo Sandri. El Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales recuerda el "espíritu de paternidad y guía del Patriarca, vivido dentro de una personalidad de aguda inteligencia, tanto en la reflexión como en la administración, capaz de tejer relaciones a distintos niveles y cuidadoso custodio del legado espiritual dejado por sus predecesores".
De los numerosos encuentros que mantuvo con el Patriarca de Cilicia de los armenios católicos, el cardenal menciona dos en el texto: los del 3 de marzo de 2012 en Francia y el 24 de septiembre de 2015 en Armenia para la consagración de dos iglesias.
"Al comienzo del rito de consagración del lugar sagrado -escribe el cardenal Sandri-, el obispo 'llama' con la cruz a las puertas del templo, para que se abran de par en par y acojan al santo pueblo de Dios para celebrar los misterios divinos. En esas dos ocasiones, uniendo nuestras manos en torno a la Cruz, realizamos ese rito: ahora, por un lado, sentimos la necesidad de que nuestra oración 'llame' a las puertas del corazón de Dios, para que acoja y conceda el descanso eterno a nuestro hermano y padre. Por otra parte, todos estamos llamados a tomar la Cruz en nuestras manos y sobre nosotros mismos, como supo hacer el Patriarca Gregorio Pedro XX en estos meses de progresivo debilitamiento, y dejar que nos lleve cada día más al encuentro con el Señor a lo largo de nuestra peregrinación terrenal".
Tenía un amor especial por los pobres
Asimismo, en su homilía, monseñor Assadourian subrayó de manera particular la dedicación del Patriarca a los pobres "como lo demuestran la ayuda y la cercanía que ha querido demostrar, lejos de los focos, en favor de las familias pobres, especialmente en estos dos últimos años en los que el Líbano vive condiciones económicas y sociales insostenibles".
"En los últimos días -continuó- ni siquiera la enfermedad que le aquejaba pudo frenar la prosecución de su trabajo. Incluso en su cama de hospital siguió gestionando, organizando y convocando reuniones para tratar de satisfacer las necesidades de su Iglesia y de su pueblo".
Estuvieron presentes en el funeral los obispos y el clero de la Iglesia católica armenia, representantes de las Iglesias católica y ortodoxa del Líbano, entre ellos el patriarca de Antioquía de los maronitas, el cardenal Béchara Boutros Raï, el patriarca de la Gran Casa de Cilicia de los armenios, Aram I, y el patriarca de la Iglesia católica siria, Yousef Younan. También estuvo presente un representante del Presidente de la República del Líbano, así como representantes del mundo político, diplomático y civil del país. La ceremonia de entierro tendrá lugar en la sede patriarcal del Convento de Nuestra Madre en Bzommar, donde Gregorio Pedro XX será enterrado en el cementerio reservado a los patriarcas armenios.
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