El Papa: la paz es pisoteada, los políticos responderán ante Dios por las guerras
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Los horrores del siglo XX, las dos Guerras Mundiales, el holocausto, los genocidios, el terrorismo, las masacres y la propaganda del odio, parecen no haber servido para nada, dado que aún hoy la paz es "pisoteada y despreciada". Por otro lado, "la guerra se está revalorizando peligrosamente": un mal del que los responsables políticos responderán ante Dios y los pueblos. Profundo es el pesar que expresa el Papa Francisco en un texto inédito en el volumen titulado "Paz en la tierra" (evocando la histórica encíclica de Juan XXIII), con el subtítulo "La fraternidad es posible".
La colección ecuménica de la LEV
Se trata de un libro que forma parte de la serie ecuménica de la Librería Editora del Vaticana "Intercambio de dones", que pretende poner de relieve los vínculos entre los cristianos de las distintas confesiones. De hecho, los volúmenes se introducen siempre con la contribución de un representante de las Iglesias y Comunidades separadas, con las que se está caminando en el restablecimiento de la comunión.
Esta vez es el Papa Tawadros II, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Copta de Alejandría en Egipto, quien firma el prefacio del libro, del que el diario La Repubblica anticipa hoy amplios extractos. A partir de mañana, 28 de junio, estará en las librerías.
El riesgo de olvidar las lecciones de la historia
En el texto, repleto de citas, por ejemplo del rabino Jonathan Sacks o de Don Luigi Sturzo; el Papa Francisco desgrana su reflexión partiendo de la realidad actual, la de millones de seres humanos que aspiran a la paz pero que siguen "amenazados por la guerra, obligados a abandonar sus hogares, golpeados por la violencia." "Esta aspiración, tan legítima, es a menudo pisoteada o despreciada", señala el Papa, quien indica que con la desaparición de la generación que vivió la Segunda Guerra Mundial, rápidamente "olvidamos las lecciones de la historia."
"El olvido de los dolores de las guerras nos hace indefensos ante la lógica del odio: facilita el desarrollo del belicismo. El olvido ahoga la auténtica aspiración a la paz y conduce a la repetición de los errores del pasado".
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Francisco reconoce que "hoy se revaloriza peligrosamente la guerra: se opta fácilmente por ella aduciendo todo tipo de excusas aparentemente humanitarias, defensivas o preventivas, recurriendo incluso a la manipulación de la información". El Pontífice plantea, por tanto, una serie de preguntas:
"¿Somos conscientes del sufrimiento de tantos por la guerra? ¿Somos conscientes de los riesgos para la humanidad? ¿Intentamos de alguna manera apagar el fuego de las guerras y prevenirlas? ¿O estamos distraídos y empeñados en nuestros propios intereses? ¿O nos conformamos con que la guerra no nos afecte de cerca?
Son cuestiones que "deberían inquietar a los dirigentes políticos que responderán ante Dios y los pueblos por la continuación de las guerras".
Los refugiados, dolorosos embajadores de la demanda de paz
Francisco retomó el concepto de "una tercera guerra librada a pedazos, con crímenes, masacres y destrucción", y cuestionó la conciencia de todos: "No podemos vivir tranquilamente con las guerras en curso como si fueran fatalidades. Sería un embotamiento de la conciencia". Desgraciadamente, esto ocurre, sobre todo en los países que no están afectados por conflictos, sino por algunas consecuencias que derivan de ellos como la llegada de refugiados. Son precisamente ellos, señala el Papa, los "testigos de la guerra, los dolorosos 'embajadores' de la inaudita demanda de paz" que "nos hacen ver con nuestras propias manos lo inhumana que es la guerra".
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