100 años de Edgar Morin. El Papa: "Una vida al servicio de un mundo mejor"
Gabriella Ceraso - Ciudad del Vaticano
Felicitaciones y los mejores deseos por "una larga vida rica en acontecimientos y encuentros" y por una incansable labor intelectual "difícil de contener en pocas palabras". A través de estas palabras, el Papa Francisco está presente en la mesa redonda que la UNESCO dedica hoy al filósofo y sociólogo francés Edgar Morin, seudónimo de Edgar Nahoum, nacido en París en el seno de una familia judía sefardí, protagonista y observador de un siglo de historia que vivió en sus momentos cruciales. Con ello, al igual que con otras iniciativas en el panorama cultural mundial, nos preparamos para el cumpleaños, el próximo 8 de julio, de este intelectual, escritor, científico, erudito complejo con el destino de la humanidad en el corazón, cuyo sentido de la responsabilidad e impulsos vitales siempre exaltó, aunque sin ocultar sus límites.
El mensaje del Papa, firmado por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, fue leído por monseñor Francesco Follo, observador permanente de la Santa Sede ante el organismo de las Naciones Unidas dedicado a la cultura. El filósofo francés -cuyo entusiasmo recuerda muy bien el Papa en el encuentro que mantuvo en el Vaticano el 27 de junio de 2019- destaca en las palabras de Francisco no solo como "testigo privilegiado de los profundos y rápidos cambios" de la sociedad, sino también como un atento analista que, con discernimiento, en este viaje de los tiempos, dibujó "la esperanza" y advirtió de los posibles riesgos para la humanidad.
En particular, el Pontífice subraya el papel de Morin al pedir -por ejemplo, con el concepto de "ciencia con conciencia"- que el progreso moral e intelectual vaya unido al avance de la ciencia y la tecnología para evitar catástrofes. La conciencia del frágil destino de la humanidad también comprometió -indica el Pontífice- al erudito francés a promover la necesidad de una "política de civilización", con el hombre y no el dinero en el centro. Pero sobre todo, junto a otros muchos intelectuales eminentes, Morin trabajó -reconoce el Santo Padre- por la "cooperación entre los pueblos", la "construcción de una sociedad más justa y humana", por la "renovación de la democracia", destacando cómo "son necesarios los lazos de solidaridad y convivencia" que favorezcan "la apertura y la acogida".
Una nota personal cierra el mensaje de buenos deseos y agradecimiento del Papa. El recuerdo vívido se remonta al encuentro con Morin que tuvo lugar en el Vaticano en junio de hace dos años. Un feliz recuerdo -se lee en el texto firmado por el cardenal Parolin- tanto por los evidentes y numerosos puntos de contacto entre el pensamiento del francés y la doctrina social del Papa, como por el entusiasmo y la generosa participación ofrecida por Morin en el "Pacto Educativo Global". Morin compartió y profundizó en el reto crucial que el Papa lanzó para el futuro, especialmente en los últimos años, abordando, entre otras cosas, el problema de la reforma del conocimiento escolar y las formas de transmitir este conocimiento y desarrollar lo que algunos han llamado una gran pedagogía para el nuevo ciudadano planetario.
Finalmente, el mensaje une el recuerdo del Papa con la acción de gracias por "los esfuerzos de una vida al servicio de un mundo mejor" y la esperanza de que el Señor siga iluminando el camino que queda por recorrer.
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