Eslovaquia en oración con el Papa Francisco en la Basílica de los Siete Dolores
Ciudad del Vaticano
En la Solemnidad de la Virgen de los Siete Dolores, Patrona de Eslovaquia, inicia el cuarto y último día del 34° Viaje Apostólico del Papa Francisco a Budapest y Eslovaquia. Poco después de las 9.00 el Pontífice llegará al Santuario mariano de Šaštín donde tendrá lugar un encuentro privado con los obispos eslovacos, para un momento de oración, precisamente en la Basílica dedicada a la Virgen, meta desde hace cerca de tres siglos, cada 15 de septiembre, de una peregrinación nacional. Francisco ha querido unirse a esta fiesta con el pueblo. El Pontífice presidirá la Santa Misa que será celebrada en la explanada del Santuario. Este será el último evento antes de regresar a Bratislava para la despedida en el aeropuerto.
Han sido cuatro intensos días de visita. Ayer, el Sucesor de Pedro en Košice se encontró con los jóvenes y la comunidad gitana local. Celebrando la Divina Liturgia, reiteró el valor del testimonio cristiano, exhortó al encuentro, a la inclusión y a la acogida. Evidenciando el significado de la Cruz, puso en guardia acerca de la mundanidad, de los egoísmos y cerrazones, mostró el rostro de Jesús, que cambia el rostro del hombre y siempre lo perdona.
La historia de la Basílica de los Siete Dolores
Estamos en pleno siglo XVI. Angelika Bakičová, esposa del conde Imrich Czobor, señor del territorio de Šaštín, pide desesperadamente la intercesión de la Virgen María para que su marido, un hombre irascible, cambie de actitud. Su oración fue atendida y la mujer encargó una estatua de madera de peral de Nuestra Señora de los Dolores con su hijo Jesús muerto, recostado en su regazo. Una pequeña capilla alberga la efigie y es aquí donde los fieles comienzan a acudir a rezar. En el centro de la historia de este lugar está la gracia recibida para la curación de una familia.Y es con esta invocación en sus corazones que muchas personas irán allí a lo largo de los siglos. También es un lugar de curaciones milagrosas que estudia una comisión especial de investigación. La estatua fue confiada a la custodia del párroco de Šaštín y luego pasó al cuidado de la Orden de San Pablo Primer Ermitaño.
Consagración del Santuario en 1762
La construcción de la iglesia comenzó en 1736 y el edificio se construyó también gracias a las donaciones de la emperatriz María Teresa de Austria, en cuya presencia, junto con su marido Francisco I, tuvo lugar la consagración del edificio en 1762. En 1786, el emperador José II abolió la Orden de San Pablo Primer Ermitaño y la iglesia volvió a estar bajo la administración del párroco de Šaštín. En 2017, después de 231 años, el cuidado pastoral de la Basílica volvió a la Orden de San Pablo Primer Ermitaño. A lo largo de los siglos, la basílica ha sido embellecida y restaurada varias veces, incluso recientemente. Los frescos del interior datan de 1757 y fueron pintados por Jean Joseph Chamant.
La atención de los Papas
La atención de los Papas por esta estatua también fue importante. El 8 de septiembre de 1864, el arzobispo de Esztergom, el cardenal Ján Scitovský, la coronó con objetos de oro consagrados por Pío IX. En 1927 fue Pío XI, con el decreto Celebre apud Slovaccham gentem, quien declaró a la Virgen de los Siete Dolores patrona de Eslovaquia y Pablo VI, con el decreto Quam pulchra de 1964, elevó la iglesia a basílica menor. El Santuario ha sido visitado por peregrinos tan ilustres como la Madre Teresa de Calcuta y San Juan Pablo II, que celebró aquí la misa en 1995 durante su peregrinación apostólica a Eslovaquia:
Es providencial que éste sea precisamente el santuario mariano de su pueblo, el templo al que peregrina toda Eslovaquia. Sus compatriotas han buscado aquí consuelo para su no fácil existencia, especialmente en los periodos más marcados por el sufrimiento.
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