El Papa a los alpinos: Sean fuertes y tiernos, cercanos a los más débiles
Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
“Me gustaría animarlos a seguir así: anclados a las raíces, a la memoria, y al mismo tiempo ‘unidos en cordada’, solícitos en ayudarse, para no ceder al cansancio y seguir juntos en la fidelidad a vuestros buenos compromisos y a la palabra dada”: fue el aliento de Francisco al Cuerpo de Alpinos italianos, recibidos en audiencia esta mañana en el Vaticano con ocasión del 150º aniversario de la fundación de las "Plumas Negras".
En su discurso, el Pontífice recuerda la presencia en tantas partes del mundo de esta benemérita asociación que ofrece entre otras cosas, “un hermoso testimonio de fraternidad y servicio”. Refiriéndose a la fraternidad que los caracteriza, se pregunta y constata:
¿Qué es lo que ha hecho que su Asociación no sea sólo una organización, sino una familia? Creo que puedo decir que el secreto está no sólo en los valores que los unen y el espíritu de equipo que los distingue, sino sobre todo en el vivo sentido del altruismo. No son soldados alpinos para ustedes, sino para los demás y con los demás.
Contra el individualismo
Y en este sentido, nota a continuación el Pontífice, es bueno "ampliar la familia", disponiéndose a colaborar con otros: con los militares que sirven en el Ejército, pero también con diversas organizaciones benéficas.
Hoy, en el asfixiante clima de individualismo que hace a muchos indiferentes, es necesario volver a empezar desde aquí, para redescubrir el entusiasmo por el cuidado de los demás. Es importante, es su testimonio: este testimonio es histórico y actual.
La fraternidad se nutre del “servicio” a los demás
Francisco evidencia el voluntariado llevado a cabo por el Cuerpo, que los convierte en “un punto de referencia constante”, remarcando además su "bien conocido compromiso en las emergencias" que los convierte “en una moderna fuerza de intervención y socorro”. Y precisa:
Protagonistas no espectadores
Recordando los 100 años de experiencia de la Asociación, el Papa constata que los Alpinos han estado al lado de los italianos en los más diversos escenarios:
No se quedaron como espectadores en los momentos más difíciles, no, fueron y son valientes protagonistas del tiempo en que viven. Esta concreción en el servicio, alma de su asociación, es el Evangelio puesto en práctica. No es casualidad que se jacten de contar con cuatro beatos que encarnaron el mensaje de Jesús hasta el heroísmo y la entrega: Don Carlo Gnocchi, Don Secondo Pollo, Teresio Olivelli y el hermano Luigi Bordino.
Expertos en “hospitales de campaña”
“Manténganse firmemente unidos a estas fuertes raíces”, los exhorta a continuación el Santo Padre, para que su ejemplo de fraternidad y servicio no se pierda en la sociedad.
Un ejemplo de responsabilidad civil y cristiana. Hoy en día sigue habiendo una gran necesidad de esto. Ustedes son expertos en hospitales de campaña. Saben que no basta con montar tiendas; estas se necesitan, por supuesto, pero también se necesita, sobre todo, calor humano, una presencia al lado, una presencia tierna. Que puedan ofrecer esta presencia, yo diría paternal, cercana a los más débiles, en los que Jesús está presente, como nos los dijo: "Cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí" (Mt 25,40).
En camino, dedicados al bien de los demás
“Querido Alpinos, ¡adelante! Siempre en camino, custodiando y aumentando su patrimonio de fraternidad y servicio, para que la Asociación Nacional Alpina siga siendo una gran familia, unida y dedicada al bien de los demás”, es el aliento final del Obispo de Roma, con el deseo de que la Virgen, venerada en tantas capillas y santuarios repartidos por las montañas, los acompañe siempre.
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