Siete días con el Papa Francisco

Renato Martinez - Ciudad del Vaticano

“Contribuir juntos a superar la mentalidad colonialista”, fue el pedido del Papa Francisco a los miembros de las delegaciones de los pueblos indígenas de Canadá, a quienes recibió en una Audiencia conclusiva, la mañana de este 1 de abril, en la Sala Clementina del Vaticano, tras una semana de atenta escucha de los testimonios de los pobladores canadienses. A ellos, el Santo Padre les manifestó su “indignación y vergüenza” por lo sucedido en los internados, por los sufrimientos, privaciones, trato discriminatorio y diversas formas de abuso sufridos por los nativos. 

“Es escalofriante pensar en la voluntad de inculcar un sentimiento de inferioridad, de hacer perder a alguien su identidad cultural, de cortar sus raíces, con todas las consecuencias personales y sociales que ello ha supuesto y sigue suponiendo: traumas no resueltos, que se han convertido en traumas intergeneracionales”.

Asimismo, el Pontífice los invitó a superar juntos la mentalidad colonial que sigue estando muy extendida en la sociedad de hoy y expresó su deseo de visitar Canadá para celebrar juntos a Santa Ana, abuela de Jesús, venerada por muchos de estos pueblos originarios. 

Primera jornada en Malta: construir un futuro de paz

Y este 2 y 3 de abril, el Papa Francisco realizó su 36 Viaje Apostólico fuera de Italia, en esta ocasión visitó Malta, el archipiélago que fue evangelizado por el mismo San Pablo. A su llegada a la isla fue recibido por las autoridades del país y tras realizar una visita de cortesía al Presidente de la República, el Pontífice pronunció un discurso ante las Autoridades maltesas y el Cuerpo Diplomático, a quienes recordó que, la guerra "sólo trae muerte, destrucción y odio" y que existe la necesidad de construir un futuro de paz. Posteriormente, por la tarde, el Santo Padre se traslado a Gozo, donde tuvo lugar el Encuentro de Oración, en el Santuario Nacional de Ta' Pinu, allí se puso en oración ante la Virgen María y pidió por todo el país.

Segunda jornada en Malta: Cercanía

La segunda jornada del Papa Francisco en Malta estuvo caracterizada por la cercanía que se manifestó en una serie de encuentros. El primero de ellos fue con los miembros de la compañía de Jesús, a quienes alentó a seguir anunciando la alegría del Evangelio. Después de visitar la Gruta de San Pablo en Rabat, el Santo Padre presidió la Santa Misa en la Plaza de los Graneros de Floriana y desde ahí, dirigió la oración mariana del Ángelus, en la que invocó a la Virgen María protección y paz para Ucrania y pidió que termine esta “guerra sacrílega”. Por la tarde, el Pontífice sostuvo el Encuentro con Migrantes en el Centro “Juan XXIII Peace Lab” de Hal Far, a ellos les dijo que siempre los lleva en el corazón y que están presentes en sus oraciones. Después de la Ceremonia de Despedida, el Papa emprendió su vuelo de regreso a Roma, llevando consigo los “rostros luminosos de los malteses”.

Catequesis: resumen del Viaje Apostólico a Malta

Este miércoles 6 de abril, el Papa Francisco dedico su Audiencia General para dar gracias al Señor por haberle permitido realizar, el pasado 2 y 3 de abril, el Viaje Apostólico a Malta, país que, como nos recuerda el libro de los Hechos de los Apóstoles, recibió el primer anuncio del Evangelio del mismo san Pablo, quien había naufragado junto con sus compañeros de viaje cerca de esta isla, y donde recibieron «una cordialidad fuera de lo común» de parte de los malteses.

“Estas palabras las escogí como lema de mi viaje porque indican la vía a seguir para afrontar el fenómeno de los migrantes, pero también para que nuestro mundo sea más fraterno, más vivible y pueda salvarse de un ‘naufragio’ que nos amenaza a todos, recordando que estamos en la misma barca”.

El Obispo de Roma concluyó su catequesis haciendo un nuevo llamamiento por la paz en Ucrania, y al mostrar una bandera que le trajeron de Bucha, ciudad muy cerca a Kiev, pidió que se ponga fin a esta guerra, invocando que callen las armas.

“Las recientes noticias sobre la guerra en Ucrania, en lugar de traer alivio y esperanza, dan testimonio de nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha: crueldades cada vez más horribles, llevadas a cabo incluso contra civiles indefensos, mujeres y niños. Son víctimas cuya sangre inocente clama al Cielo e implora: ¡Se ponga fin a esta guerra! ¡Se hagan callar las armas! ¡Se deje de sembrar muerte y destrucción!”.

El Papa al final invitó a no olvidar las trágicas consecuencias de la guerra, a no olvidarnos del pueblo ucraniano que ha tenido que huir de sus tierras a causa de la guerra.