Una pandereta como símbolo de la alegría de Bahía y del Evangelio
Bianca Fraccalvieri – Vatican News
¡Una pandereta como símbolo de la alegría de Bahía y del Evangelio! Este fue el regalo "original" que los prelados de la Región Nordeste 3 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil ofrecieron al Papa Francisco al final de su visita ad limina Apostolorum, es decir a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo. El Pontífice no sólo sonrió al recibir el instrumento, sino que se arriesgó a hacer algunos movimientos.
La Región Nordeste 3 está formada por los Estados de Bahía y Sergipe, que suman 17 millones de habitantes. Alrededor del 65% de los bahianos se declaran católicos, mientras los de Sergipe alcanzan el que el 77%.
Para el presidente de esta Región Nordeste 3, monseñor João Cardoso, obispo de la diócesis de Bom Jesus da Lapa, la audiencia con el Santo Padre fue "el punto más alto de esta visita" que comenzó el pasado lunes 23 de mayo. Y afirmó:
Y los motivos de gratitud son múltiples: la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti, y el Sínodo sobre la Amazonía.
Asimismo los obispos compartieron con Francisco los retos que afronta su región, marcados por la crisis económica como consecuencia de la pandemia y el avance de las sectas pentecostales. También hablaron del medio ambiente y de las inundaciones que afectaron a Bahía y de la solidaridad mostrada incluso a nivel internacional.
Por otra parte se mencionaron los fenómenos posmodernos que afectan a la Iglesia, como el secularismo, el fundamentalismo, el extremismo y el relativismo, así como el reto de anunciar el Evangelio en la cultura digital. El obispo João destacó la situación que se da en las redes sociales en cuanto a cierta predicación por internet. Y se mencionaron la crisis antropológica, el desprecio por la vida humana, la corrupción y la permanente inestabilidad política.
Al final de la visita, el obispo de Juazeiro, monseñor Carlos Alberto Breis Pereira y el obispo de Feira de Santana, monseñor Zanoni Demettino, ofrecieron al Papa una pandereta como "signo de la alegría de Bahía y del Evangelio", además de una imagen de San Francisco durmiendo, que "representa los sueños de la Iglesia de Francisco".
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